Levítico 1:9 - Biblia Lenguaje Básico9 y lavarán con agua las vísceras y las patas; finalmente, el sacerdote lo quemará todo completamente sobre el altar ya que se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor. Ver CapítuloMás versionesBiblia Reina Valera 19609 y lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová. Ver CapítuloBiblia Nueva Traducción Viviente9 Sin embargo, las vísceras y las patas deben lavarse primero con agua. Después el sacerdote quemará el sacrificio completo sobre el altar como ofrenda quemada. Es una ofrenda especial, un aroma agradable al Señor. Ver CapítuloBiblia Católica (Latinoamericana)9 Lavarán con agua las entrañas y las patas, y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Así es el holocausto, y es un sacrificio por el fuego cuyo suave olor apacigua a Yavé. Ver CapítuloLa Biblia Textual 3a Edicion9 y después de lavar en agua sus entrañas y sus patas, el sacerdote lo dejará consumir todo sobre el altar. Es un holocausto, un sacrificio ígneo de olor que apacigua a YHVH. Ver CapítuloBiblia Serafín de Ausejo 19759 lavará con agua las entrañas y las patas y el sacerdote lo quemará todo sobre el altar. Es un holocausto, manjar pasado por el fuego de calmante aroma para Yahveh. Ver Capítulo |
Salomón también hizo diez recipientes para lavar todo lo que se usaba para las ofrendas quemadas. Cinco estaban en el lado derecho del santuario, y cinco en el lado izquierdo. Hizo también diez candelabros de oro, como Dios lo había ordenado, y los puso en el santuario; cinco a la derecha y cinco a la izquierda. Además hizo diez mesas, que también colocó en el santuario; cinco a la derecha, y cinco a la izquierda. Hizo también cien tazones de oro. Además, Salomón mandó construir el patio de los sacerdotes y el patio principal, cada uno con sus puertas, que recubrió de bronce.
Después abrirá en dos el ave, de modo que en cada mitad haya un ala, pero sin separar del todo las dos mitades. Por último, el sacerdote hará que todo lo que ha puesto en el altar sobre la leña encendida se queme completamente. Se trata de una ofrenda de aroma agradable, que se presenta en mi honor.