Con motivo de la dedicación del Templo, Salomón y todo el pueblo de Israel celebraron una gran fiesta que duró siete días. Asistió muchísima gente, pues los israelitas habían venido de todas las partes del país, desde Jamat [en el norte] hasta el arroyo de Egipto [en el sur]. Luego celebraron otra fiesta de siete días; en total fueron catorce días de fiesta.