Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





2 Samuel 1:9 - Biblia Lenguaje Básico

9 Entonces él me ordenó: —Ven, acércate a mí, y remátame. Estoy agonizando, pero no acabo de morir.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Él me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda en mí.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Entonces me suplicó: “Ven aquí y sácame de mi sufrimiento, porque el dolor es terrible y quiero morir”.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Me dijo: Acércate y dame muerte, todavía me quedan fuerzas pero siento que me voy a desmayar.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

9 Entonces me dijo: Ponte junto a mí y mátame ya, porque la agonía° se ha apoderado de mí, aunque mi vida está todavía en mí.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Díjome entonces: 'Acércate a mí y mátame. Se ha apoderado de mí un espasmo de muerte, pero todavía estoy lleno de vida'.

Ver Capítulo Copiar




2 Samuel 1:9
6 Referencias Cruzadas  

Así que me acerqué a él y lo rematé porque me di cuenta que de todos modos no iba a sobrevivir. Luego le quité la corona y el brazalete que tenía en el brazo, y aquí se los he traído a mi señor.


Saúl entonces me preguntó: —¿Tú quién eres? Yo le respondí: —Soy un amalecita.


Entonces Saúl dijo a su escudero: —Saca tu espada y mátame. Hazlo antes de que vengan esos extranjeros idólatras y me rematen poniéndome en ridículo. Pero su escudero tenía tanto miedo que no se atrevió a matarlo. Entonces Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.


En aquellos días la gente querrá morirse, pero no lo conseguirá; buscará la muerte, pero la muerte huirá de ellos.


Rápidamente llamó Abimélec a su escudero, y le dijo: —Saca tu espada y mátame. No quiero que se diga que una mujer me mató. Entonces lo atravesó con la espada, y Abimélec murió.


Entonces Saúl dijo a su escudero: —Saca tu espada y mátame. Hazlo antes de que vengan esos extranjeros idólatras y me rematen poniéndome en ridículo. Pero su escudero tenía tanto miedo que no se atrevió a matarlo. Entonces Saúl tomó su espada y se echó sobre ella.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos