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1 Juan 4:4 - Biblia Lenguaje Básico

4 Hijos míos, vosotros sois de Dios y habéis vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a vosotros y es más poderoso que su Enemigo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Pero ustedes, mis queridos hijos, pertenecen a Dios. Ya lograron la victoria sobre esas personas, porque el Espíritu que vive en ustedes es más poderoso que el espíritu que vive en el mundo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Ustedes, hijitos, son de Dios, y ya han logrado la victoria sobre esa gente, pues el que está en ustedes es más poderoso que el que está en el mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Hijitos, vosotros procedéis de Dios, y los habéis vencido, pues mayor es el que está en vosotros° que el que está en el mundo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Vosotros, hijitos, sois de Dios y los habéis vencido. Porque es mayor el que está en vosotros que el que está en el mundo.

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1 Juan 4:4
28 Referencias Cruzadas  

Ahora es cuando la gente de este mundo va a ser juzgada; y el que manda en este mundo, que es el diablo, será echado fuera.


Ya no hablaré de muchas cosas con vosotros, porque se está acercando el diablo, que manda en este mundo. Él no tiene poder para vencerme,


Deberán, pues, permanecer unidos a mí, como yo estoy unido a ti. Así la unidad entre ellos será perfecta, y la gente de este mundo reconocerá que tú me has enviado, y que los amas tanto como tú me amas a mí.


Solo nos queda decir que, si Dios está de nuestra parte, nadie podrá estar en contra de nosotros.


En medio de todos nuestros problemas, estamos seguros de que Jesucristo, que nos amó, nos dará la victoria total.


En cuanto a nosotros, que no hemos recibido el espíritu propio del mundo sino el que procede de Dios, ahora podemos darnos cuenta de lo que Dios, en su bondad, ha hecho por nosotros.


También decís: «La comida es para el estómago, y el estómago es para la comida». ¡Claro que sí! Pero Dios va a destruir las dos cosas y es que el cuerpo no es para que lo usemos en relaciones sexuales prohibidas; al contrario, debemos usarlo para servir al Señor Jesús, pues nuestro cuerpo le pertenece a él.


La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no les deja.


Nosotros somos el templo de Dios vivo. Si Dios está en nosotros, no tenemos nada que ver con los ídolos. Dios mismo dijo: Viviré con este pueblo y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


En ese tiempo seguíais el mal ejemplo de la gente de este mundo y estabais dominados por el poderoso espíritu que actúa en el universo y domina a las personas que son rebeldes a Dios.


También le pido a Dios que Jesucristo viva en vuestros corazones, gracias a la fe que tenéis en él, y que os mantengáis aferrados a su amor.


Finalmente, dejad que el gran poder de Cristo os dé las fuerzas necesarias.


Hijos míos, os escribo esta carta, para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a alguien que nos defiende ante Dios Padre: Jesucristo, el Justo,


Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que existe desde el principio. A vosotros, los jóvenes, os escribo también porque habéis sido valientes, habéis derrotado al diablo y permanecéis fieles al mensaje de Dios. Os he escrito a todos vosotros porque habéis conocido al Padre.


Porque aunque nos sintamos culpables de algo, Dios está por encima de nuestro sentimiento de culpabilidad y conoce todas las cosas.


Si cumplimos lo que Dios nos manda, viviremos unidos a él y él vivirá unido a nosotros. Esto lo sabemos por el Espíritu Santo que nos ha dado.


Sabemos que estamos íntimamente unidos a Dios porque él nos ha dado su Espíritu.


Nosotros sabemos y creemos que Dios nos ama, porque Dios es amor. Por eso, quien tiene amor vive unido a Dios y Dios vive en él.


Pero nosotros pertenecemos a Dios y podemos saber quién tiene el Espíritu que dice la verdad y quién tiene el espíritu del engaño. El que es de Dios nos hace caso, pero el que no es de Dios nos ignora.


Sabemos que somos de Dios y que el resto de la gente en el mundo está dominada por el diablo.


En realidad, todo el que es hijo de Dios vence al mal que hay en el mundo, porque es nuestra fe la que sale victoriosa sobre el mundo.


Han sido nuestros hermanos quienes lo han vencido por medio de la muerte del Cordero y del testimonio que han dado, llegando incluso a dar sus vidas sin temor.


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