Biblia Todo Logo
La Biblia Online
- Anuncios -





1 Juan 2:13 - Biblia Lenguaje Básico

13-14 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que existe desde el principio. A vosotros, los jóvenes, os escribo también porque habéis sido valientes, habéis derrotado al diablo y permanecéis fieles al mensaje de Dios. Os he escrito a todos vosotros porque habéis conocido al Padre.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Les escribo a ustedes, los que son maduros en la fe, porque conocen a Cristo, quien existe desde el principio. Les escribo a ustedes, los que son jóvenes en la fe, porque han ganado la batalla contra el maligno.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Esto les escribo, padres: ustedes conocen al que es desde el principio. Esto les escribo, jóvenes: ustedes han vencido al Maligno.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

13 Os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde un principio. Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Os escribo, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os escribo, jóvenes, porque habéis vencido al maligno.

Ver Capítulo Copiar




1 Juan 2:13
36 Referencias Cruzadas  

¡Que lo alaben niños y ancianos, muchachos y muchachas!


Desde siempre y hasta siempre, desde antes de que crearas las montañas, la tierra y el universo, tú eres Dios.


«Yo lo pondré a salvo pues ha buscado refugio en mí y me reconoce como Dios.


El orgullo del joven es su fuerza; el honor del anciano, su experiencia.


¡Qué maravilloso será ver a muchachos y muchachas alegres y bien alimentados!


Y dijo a los que estaban allí: —Mi Padre me ha dado todo y es el único que me conoce, porque soy su Hijo. Nadie me conoce a mí, que soy su Hijo, tan bien como mi Padre y nadie conoce a mi Padre a no ser yo, que soy su Hijo; y también le conocerán aquellos a quienes yo se lo comunique.


Hay algunos que escuchan el mensaje del reino de Dios, pero no lo entienden, viene el diablo y hace que lo olviden; estos son como las semillas que cayeron junto al camino.


El campo es el mundo, y las buenas semillas de trigo son todos los que pertenecen al reino de Dios. Las semillas de cizaña son los que pertenecen al diablo,


Decid simplemente: «sí» o «no». Todo lo que digáis de más viene del diablo.


Luego Jesús dijo a la gente que estaba con él: —Mi Padre me ha entregado todo, y nadie me conoce mejor que él. Y nadie conoce a mi Padre mejor que yo, que soy su Hijo y elijo a quienes yo quiera dárselo a conocer.


Si me conocéis a mí, también conoceréis a mi Padre. Y desde ahora lo conocéis, porque lo estáis viendo.


Jesús le contestó: —Felipe, ya hace mucho tiempo que estoy con vosotros, ¿y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, también ha visto al Padre. ¿Por qué me dices «Muéstranos al Padre»?


Y esto lo harán porque no me han conocido a mí, ni han conocido a mi Padre.


Os digo estas cosas para que estéis unidos a mí y así seáis felices de verdad. En este mundo tendréis que sufrir, pero tened valor porque yo he vencido a los poderes de este mundo.


Te pido, Padre, que se mantengan unidos entre ellos, y lo mismo que tú y yo estamos unidos, que también ellos se mantengan unidos a nosotros. Así la gente de este mundo creerá que tú me enviaste.


Y esta vida eterna consiste en que te conozcan a ti que eres el único Dios verdadero, y a mí, que soy el Mesías que tú enviaste al mundo.


Entonces le preguntaron: —¿Dónde está tu padre? Jesús les respondió: —Si me conocierais a mí, conoceríais a mi Padre. Pero como no me conocéis, tampoco a él lo conocéis.


Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento para que conociéramos la grandeza de Dios reflejada en el rostro de Cristo.


Cuando corrijas a un anciano, no lo regañes; al contrario, trátalo como si fuera tu propio padre. Trata a las ancianas como si fueran tu propia madre, y a las jóvenes trátalas con todo respeto, como si fueran tus hermanas.


A los jóvenes, recomiéndales que aprendan a ser prudentes.


Esta carta habla de la Palabra de vida, que ya existía desde antes de que Dios creara el mundo. Os escribimos para contaros lo que hemos visto y oído acerca de esa Palabra, de manera que nuestra alegría sea completa. Así os mantendréis unidos a nosotros, como nosotros nos mantenemos unidos a Dios Padre y a su Hijo Jesucristo. Al hablar de la Palabra de vida nos referimos a la vida eterna que estaba junto al Padre y que se nos manifestó en Jesucristo. Es la Palabra que hemos visto con nuestros propios ojos, que hemos escuchado, que incluso hemos podido tocar con nuestras manos y que ahora os anunciamos.


Hijos míos, os escribo esta carta, para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos a alguien que nos defiende ante Dios Padre: Jesucristo, el Justo,


Hijos míos, os escribo porque Dios os ha perdonado vuestros pecados por medio de lo que hizo Jesucristo.


No debemos ser como Caín, que era como un hijo del diablo y por eso mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque lo que Caín hacía era malo, y lo que hacía su hermano era bueno.


Hijos míos, vosotros sois de Dios y habéis vencido a esos falsos profetas, pues él permanece unido a vosotros y es más poderoso que su Enemigo.


Sabemos que los hijos de Dios no pecan porque Jesucristo, el Hijo de Dios, los protege, y el diablo no puede hacerles daño.


Y también sabemos que el Hijo de Dios ha venido y que nos ha dado inteligencia para conocer al Dios verdadero. Nosotros vivimos unidos a su Hijo Jesucristo que es el Dios verdadero y la vida eterna.


Han sido nuestros hermanos quienes lo han vencido por medio de la muerte del Cordero y del testimonio que han dado, llegando incluso a dar sus vidas sin temor.


Si alguien tiene oídos, que ponga atención a lo que el Espíritu de Dios dice a las iglesias. A los que salgan vencedores les daré a comer el fruto del árbol que da vida, un árbol que crece en el paraíso de Dios.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos