Aquel día consagró el rey el interior del patio que está delante de la Casa de Adonai, pues ofreció allí el holocausto, la oblación y las grasas de los sacrificios de comunión, porque el altar de bronce que estaba ante Adonai era demasiado pequeño para contener el holocausto, la oblación y las grasas de los sacrificios de comunión.