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1 Juan 5:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Y este es el testimonio que Dios ha dado: él nos dio vida eterna, y esa vida está en su Hijo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pues bien, éste es el testimonio: que Dios nos ha dado la vida eterna, y que dicha vida está en su Hijo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su Hijo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y éste es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo.

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1 Juan 5:11
37 Referencias Cruzadas  

Porque el salario del pecado es muerte; mas el don gratuito de Dios es vida eterna, en Cristo Jesús Señor nuestro.


Y ésta es la promesa que él nos ha prometido, es a saber, la vida eterna.


El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que no obedece al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él.


Sabemos empero que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento, para que conozcamos a aquel que es verdadero; y nosotros estamos en el que es verdadero, es decir, en su Hijo Jesucristo.  Éste es el verdadero Dios y la vida eterna.


En esto fué manifestado el amor de Dios hacia nosotros, en que ha enviado Dios a su Hijo unigénito al mundo, para que nosotros vivamos por medio de él.


En él era la vida; y la vida era la luz de los hombres.


El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí mismo el testimonio; el que no cree a Dios, le ha hecho un mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que ha dado Dios respecto de su Hijo.


Y el que lo vió ha dado testimonio (y su testimonio es verdadero), para que vosotros creáis.


y yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.


Respondióle Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? ¡tú tienes las palabras de vida eterna:


Pues como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo que tenga vida en sí mismo;


guardaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, para vida eterna.


Porque tres son los que dan testimonio [en el cielo, el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno.


con esperanza de vida eterna, la que Dios, que no puede mentir, prometió antes de los tiempos de los siglos,


Sin embargo, para esto fuí recibido a misericordia, para que en mí, el primero, Jesucristo mostrase toda su extremada paciencia, como ejemplo para los que después hubiesen de creer en él para vida eterna.


Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.


¶Demetrio tiene a su favor el testimonio de todos, y de la verdad misma; y nosotros también le damos testimonio; y tú sabes que nuestro testimonio es verdadero.


Y yo sé que su mandamiento es vida eterna: todo cuanto digo, pues, según el Padre me ha dicho, así hablo.


Pues que ésta es la voluntad de mi Padre, que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.


Y ME mostró un río de agua de vida, resplandeciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la plaza de la ciudad.


el cual ha testificado de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, es decir, de todo cuanto vió.


En verdad, en verdad os digo: El que cree en mí tiene vida eterna.


Pues como el Padre levanta a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.


Y el que siega recibe jornal, y recoge fruto para vida eterna; para que el que siega y el que siembra se regocijen juntos


Y éstos irán al suplicio eterno; pero los justos a la vida eterna.


para que, de la manera que reinó el pecado en muerte, así también reinase la gracia, por medio de justicia, a vida eterna, por medio de Jesucristo nuestro Señor.


¶Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos le enviaron sacerdotes y levitas, para preguntarle: ¿Quién eres tú?


y así era menester que pasase por Samaria.


En esto está el amor, no en que amemos nosotros a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.


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