Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





1 Juan 4:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 En esto está el amor, no en que amemos nosotros a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

10 En esto está el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

10 En esto está° el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y envió a su Hijo como propiciación° por nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo como sacrificio de purificación por nuestros pecados.

Ver Capítulo Copiar




1 Juan 4:10
20 Referencias Cruzadas  

el cual es también la propiciación por nuestros pecados; y no por los nuestros solamente, sino también por los de todo el mundo.


Nosotros amamos, por cuanto él nos amó primero.


Vosotros no me elegisteis a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he designado a fin de que vayáis y llevéis mucho fruto, y permanezca vuestro fruto; para que todo cuanto pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.


Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en él, no perezca, mas tenga vida eterna.


¡MIRAD, qué manera de amor nos ha dado el Padre, para que seamos nosotros llamados hijos de Dios! y así en efecto lo somos. Por eso el mundo no nos conoce a nosotros, por cuanto a él no le conoció.


Porque Cristo también padeció por los pecados, una vez para siempre, el justo por los injustos, a fin de llevarnos a Dios, cuando fué muerto en cuanto a la carne, pero vivificado en cuanto al espíritu;


quien mismo llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, estando muertos a los pecados, viviésemos a la justicia: por cuyas llagas vosotros fuisteis sanados.


Setenta semanas están determinadas en cuanto a tu pueblo, y en cuanto a tu santa ciudad, para acabar con la transgresión, para poner fin a los pecados, y para hacer expiación de la iniquidad, para introducir la justicia perdurable, y para poner sello a la visión y la profecía, y para ungir al Santo de los santos.


Yo soy el pan vivo que descendió del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá eternamente: y el pan que yo daré es mi carne, que doy por la vida del mundo.


Un nuevo mandamiento os doy, que os améis los unos a los otros; así como yo os he amado, para que vosotros también os améis los unos a los otros.


Por lo cual convenía que en todo fuese semejado a sus hermanos, a fin de que les fuese un sumo sacerdote misericordioso y fiel, en lo perteneciente a Dios, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.


Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios