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Lucas 8:32 - Biblia Martin Nieto

32 Había allí una gran piara de cerdos paciendo en el monte, y le suplicaron que les permitiera entrar en ellos. Él se lo permitió.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

32 Había allí un hato de muchos cerdos que pacían en el monte; y le rogaron que los dejase entrar en ellos; y les dio permiso.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

32 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana, y los demonios le suplicaron que les permitiera entrar en los cerdos. Entonces Jesús les dio permiso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

32 Había en ese lugar un gran número de cerdos comiendo en el cerro. Los demonios suplicaron a Jesús que les permitiera entrar en los cerdos, y él se lo permitió.

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La Biblia Textual 3a Edicion

32 Y había allí una piara de muchos cerdos paciendo en el monte; y le rogaron que los dejara entrar en ellos; y los dejó.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

32 Había por allí, paciendo en el monte, una gran piara de cerdos. Los demonios le suplicaron que les permitiera entrar en ellos, y él se lo permitió.

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Lucas 8:32
16 Referencias Cruzadas  

Y él respondió: Saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas. Y el Señor dijo: Tú lograrás seducirlo; vete y hazlo así.


¿No has levantado una valla en torno a él, a su casa y a sus posesiones? Has bendecido las obras de sus manos, y sus rebaños hormiguean por el país.


Y el Señor dijo a Satán: 'Bien, en tus manos está toda su hacienda; cuida sólo de no descargar tu mano sobre él'. Y Satán se retiró de la presencia del Señor.


Y el Señor dijo a Satán: 'Ahí lo tienes en tus manos; respeta, sin embargo, su vida'.


No esperéis nada de la violencia, no os hagáis ilusión con la rapiña; si llegáis a ser ricos, no pongáis vuestro corazón en las riquezas.


habitando en sepulcros, pasando la noche en rincones secretos, comiendo carne de cerdo, echando en sus platos carne inmunda


Se sacrifica un toro, se mata a un hombre, se inmola una oveja, se estrangula un perro; se ofrece sangre de cerdo, se quema incienso adorando a un ídolo. Como ellos gustan de seguir sus caminos y su alma se complace en sus horrores,


el cerdo, de pezuña partida, pero no rumiante.


'No deis lo santo a los perros ni echéis vuestras perlas a los puercos, no sea que las pisoteen, se vuelvan contra vosotros y os despedacen'.


Y le rogaban que no les mandara volver al abismo.


Los demonios salieron del hombre y entraron en los cerdos, y la piara se lanzó al lago por un precipicio y se ahogó.


Jesús le respondió: 'No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubiera dado Dios; por eso, el que me ha entregado a ti es más culpable que tú'.


Hijos míos, vosotros sois de Dios, y lo habéis vencido. Porque el que está en vosotros es más grande que el que está en el mundo.


Cuando se hayan cumplido los mil años, Satanás será liberado de su prisión


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