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Lucas 8:13 - Biblia Martin Nieto

13 Los que están sobre el pedregal son los que oyen la palabra y la aceptan con alegría; pero no tienen raíz, creen por algún tiempo y en el momento de la prueba se vuelven atrás.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y lo reciben con alegría; pero como no tienen raíces profundas, creen por un tiempo y luego se apartan cuando enfrentan la tentación.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Lo que cayó sobre la roca son los que, al escuchar la palabra, la acogen con alegría, pero no tienen raíz; no creen más que por un tiempo y fallan en la hora de la prueba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Los de sobre el terreno pedregoso son los que cuando oyen, reciben la palabra con gozo, pero éstos no tienen raíz; creen por un tiempo, pero en el tiempo de la prueba se apartan.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Los de sobre la piedra son los que, al oír, reciben con alegría la palabra, pero no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero en el momento de la tentación retroceden.

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Lucas 8:13
37 Referencias Cruzadas  

Y vosotros me decís: '¿Cómo le abatiremos? ¿Qué pretexto hallaremos contra él?'.


El malvado desea la ganancia del malvado, la raíz del justo está bien firme.


No se afirma el hombre por la maldad, la raíz de los justos no será arrancada.


Me buscan ellos día tras día, se afanan por saber mis caminos, como un pueblo que practicara la justicia y no se apartara del derecho de su Dios; me interrogan sobre las leyes justas, desean la cercanía de Dios:


Tú eres para ellos como una canción de amor, graciosamente cantada con acompañamiento de instrumentos de cuerda. Escuchan tus palabras y no las ponen en práctica.


¿Cómo he de tratarte, Efraín? ¿Cómo he de tratarte, Judá? Vuestro amor es como nubecilla matinal, como el rocío que se esfuma presto.


porque Herodes respetaba a Juan, pues reconocía que era un hombre justo y santo, y lo protegía; cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.


Los de junto al camino son los que la oyen, pero luego viene el diablo y se lleva la palabra de Dios de sus corazones para que no crean y se salven.


La semilla que cayó entre zarzas son los que la escuchan, pero luego se ahogan en las preocupaciones, riquezas y placeres de la vida, y no llegan a la madurez.


Él corta todos los sarmientos que no dan fruto en mí, y limpia los que dan fruto para que den más.


Al que no está unido a mí se lo echa fuera, como a los sarmientos, que se los amontona, se secan y se los prende fuego para que se quemen.


Juan era la antorcha que arde y luce, y vosotros quisisteis recrearos con su luz por un momento.


Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo amor, no soy nada.


y por el que os salvaréis, si lo retenéis tal y como os lo anuncié, pues de lo contrario habríais creído en vano.


¡Oh insensatos gálatas! ¿Quién os fascinó a vosotros, ante cuyos ojos fue presentada la figura de Jesucristo crucificado?


Parece imposible que tantas experiencias hayan sido inútiles.


y que Cristo habite en vuestros corazones por la fe, para que, arraigados y fundamentados en el amor,


siempre que perseveréis sólidamente cimentados en la fe y estables e inconmovibles en la esperanza del evangelio que oísteis, el que ha de ser predicado a toda criatura bajo el cielo, y del que yo, Pablo, he sido elegido ministro.


arraigados y cimentados en él; manteneos firmes en la fe tal y como aprendisteis, en continua acción de gracias.


Por esto, no pudiendo resistir ya más, le envié para que me informara de vuestra fe; no fuera que os hubiese tentado ya Satanás y hubiera resultado estéril nuestro trabajo.


manténte firme en la fe, ten la conciencia limpia. Por despreocuparse de la conciencia, algunos naufragaron en la fe,


Nosotros, sin embargo, no somos de aquellos que se retiran cobardemente para la perdición, sino de aquellos que se salvan por la fe.


De la misma manera que el cuerpo sin el alma está muerto, así la fe sin las obras está muerta.


En efecto, si después de haber escapado de la corrupción del mundo mediante el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo se dejan de nuevo envolver y vencer por ellas, su estado final viene a ser peor que el primero.


Se cumple en ellos la verdad de aquel dicho: El perro vuelve a comer lo que había vomitado y la cerda lavada vuelve a revolcarse en el cieno.


Han surgido de entre nosotros, pero no eran de los nuestros; porque si hubieran sido de los nuestros, hubieran permanecido con nosotros; pero ha sucedido esto para que se manifieste que todos éstos no eran de los nuestros.


Estos son una vergüenza para vuestras comidas fraternas, comen y beben desvergonzadamente, cebándose a sí mismos. Nubes sin agua arrastradas por el viento; arboles infructuosos en el otoño, dos veces muertos, arrancados de cuajo;


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