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Levítico 20:13 - Biblia Martin Nieto

13 Si un hombre se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, los dos cometen una infamia y serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre ellos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 »Si un hombre practica la homosexualidad, al tener relaciones sexuales con otro hombre como si fuera una mujer, ambos han cometido un acto detestable. Ambos serán ejecutados, pues son culpables de un delito de muerte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Si un hombre se acuesta con un varón, como se acuesta con una mujer, ambos han cometido una infamia; los dos morirán y serán responsables de su muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Si un hombre se acuesta con varón como se acuesta con mujer, cometen una abominación. Ambos serán muertos irremisiblemente, y su propia sangre recaerá sobre ellos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Si un hombre se acuesta con otro hombre, como se hace con una mujer, ambos cometen una acción abominable; morirán sin remisión. Su sangre caerá sobre ellos.

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Levítico 20:13
9 Referencias Cruzadas  

Llamaron a Lot y le dijeron: '¿Dónde están esos hombres que han venido a tu casa esta noche? Sácanoslos para que abusemos de ellos'.


No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer; es una acción infame.


¿Es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis; ni los lujuriosos, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los invertidos,


Se quedará contigo, entre los tuyos, en el lugar que él elija y en la ciudad que más le guste; no le molestarás.


Ningún hombre ni ninguna mujer israelita practicarán la prostitución sagrada.


los lujuriosos, los homosexuales, los traficantes de esclavos, los mentirosos, los que juran en falso; en una palabra, para todo el que se opone a la sana doctrina


como a Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, que, al igual que aquéllas, se dedicaron a la lujuria y la homosexualidad y quedaron como ejemplo, sujetas a la pena del fuego eterno.


Cuando más contentos estaban, unos hombres pervertidos de la ciudad empezaron a dar golpes a la puerta y a decir al anciano dueño de la casa: 'Sácanos al hombre que ha entrado en tu casa para que abusemos de él'.


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