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Levítico 10:2 - Biblia Martin Nieto

2 Salió entonces de la presencia del Señor un fuego que los abrasó. Así murieron en presencia del Señor.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Y en eso, un fuego salió de la presencia de Yavé que los devoró, y murieron allí delante de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y de la presencia de YHVH salió un fuego que los consumió y murieron en presencia de YHVH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Salió de delante de Yahveh un fuego que los abrasó, y cayeron muertos ante Yahveh.

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Levítico 10:2
25 Referencias Cruzadas  

Entonces la ira del Señor se encendió contra Uzá, lo hirió por la falta cometida, y allí mismo murió junto al arca de Dios.


Partió y halló el cadáver del otro tendido en el camino, y el asno y el león de pie junto al cadáver. El león no había devorado el cadáver ni había despedazado al asno.


Entonces cayó fuego del Señor y devoró el holocausto, la leña, las piedras y el polvo y secó el agua de la zanja.


Elías le respondió: 'Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta'. Bajó fuego del cielo, y lo devoró a él y a sus cincuenta.


Elías respondió: 'Si yo soy un hombre de Dios, que baje fuego del cielo y te devore a ti y a tus cincuenta'. Bajó fuego del cielo y lo devoró a él y a sus cincuenta.


La cólera del Señor se encendió contra Uzá y lo hirió por haber tocado el arca con la mano. Uzá murió allí, ante Dios.


Por no estar vosotros allí la primera vez, el Señor, nuestro Dios, nos castigó, porque no le consultamos como es debido'.


Nadab y Abihú murieron antes que su padre y no dejaron hijos, de manera que el sacerdocio recayó sobre Eleazar e Itamar.


Todavía estaba hablando, cuando llegó otro, que dijo: 'Cayó del cielo el fuego de Dios, que abrasó las ovejas y los pastores, y los devoró. Sólo yo pude escapar para traerte la noticia'.


Ya viene nuestro Dios y no se callará. Un fuego que devora lo precede, y en torno a él una borrasca brama.


El Señor dijo a Moisés: 'Sube hasta el Señor, tú, Aarón, Nadab, Abihú y setenta ancianos de Israel; os postraréis a distancia.


Pues desde hace tiempo está dispuesta en Tofet, preparada también para Moloc, una fosa honda y ancha, llena de paja y leña; el soplo del Señor, como un río de azufre, la prenderá.


Se acercaron, y los llevaron con sus túnicas fuera del campamento, como había dicho Moisés.


El Señor se dirigió a Moisés después de la muerte de los hijos de Aarón, que murieron por haberse acercado demasiado al Señor,


una llama que salía de la presencia del Señor consumió el holocausto y las grasas sobre el altar. Ante esta visión, todo el pueblo lanzó gritos de alegría y cayeron rostro en tierra.


esos hombres que habían difamado la tierra, fueron heridos de muerte delante del Señor.


Un fuego que salía del Señor devoró a los 250 hombres que ofrecían el incienso.


Nadab y Abihú murieron cuando ofrecían ante el Señor un fuego profano.


Cayó fulminantemente a los pies de él y expiró. Los jóvenes entraron, la encontraron muerta y la llevaron a enterrar junto a su marido.


Ananías, al oír estas palabras, cayó muerto. Y cuantos lo supieron se llenaron de miedo.


Todo esto les sucedía para que escarmentaran, y fue escrito como aviso para nosotros, que vivimos en los tiempos definitivos.


Los hijos de Jeconías no se alegraron con las gentes de Bet Semes cuando vieron el arca del Señor, y el Señor hirió a setenta hombres de entre ellos. El pueblo hizo gran duelo porque el Señor los había castigado tan duramente.


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