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Juan 8:59 - Biblia Martin Nieto

59 Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

59 En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

59 Entonces tomaron piedras para lanzárselas, pero Jesús se ocultó y salió del Templo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

59 Entonces tomaron piedras para lapidarle; pero Jesús se escondió y salió del templo.

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Juan 8:59
18 Referencias Cruzadas  

Los discípulos le dijeron: 'Maestro, hace poco querían apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí?'.


y el que blasfeme el nombre del Señor será castigado con la muerte; toda la comunidad lo apedreará. El que blasfeme el nombre del Señor morirá, tanto el extranjero como el indígena.


Ellos, lanzando grandes gritos, se taparon los oídos y se lanzaron todos a una sobre él;


Pilato les dijo: 'Pues tomadlo vosotros y juzgadlo según vuestra ley'. Los judíos replicaron: 'A nosotros no se nos permite condenar a muerte a nadie'.


Mientras tenéis luz, creed en la luz, para ser hijos de la luz'. Dicho esto, se fue y se escondió de ellos.


Por eso Jesús no andaba ya públicamente entre los judíos, sino que se fue a una región cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí se quedó con sus discípulos.


Pero él no sabía quién era, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que allí había.


Entonces sus ojos se abrieron y lo reconocieron; pero él desapareció de su lado.


y dejaron ciegos a los hombres que estaban ante la puerta, desde el más joven hasta el más anciano, de tal modo que no pudieron encontrar la puerta.


David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios.


Pero los fariseos salieron y tomaron en consejo la resolución de acabar con él.


De camino, vio a un hombre ciego de nacimiento.


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