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Juan 6:31 - Biblia Martin Nieto

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Después de todo, ¡nuestros antepasados comieron maná mientras andaban por el desierto! Las Escrituras dicen: “Moisés les dio de comer pan del cielo”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según dice la Escritura: Se les dio a comer pan del cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto,° como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, conforme está escrito: Pan del cielo les dio a comer '.

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Juan 6:31
14 Referencias Cruzadas  

Les diste pan del cielo para su hambre, y agua de la roca para su sed, y los mandaste que fueran a tomar posesión de la tierra que, mano en alto, habías jurado darles.


Les diste tu espíritu bueno para instruirlos; no negaste el maná a su boca y les procuraste agua para calmar su sed.


A petición suya, les mandó codornices y los sació de pan del cielo;


Los israelitas comieron el maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los confines de la tierra de Canaán.


Jesús les dijo: 'Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo; mi Padre es el que os da el verdadero pan del cielo.


Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron.


Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente'.


todos comieron el mismo alimento espiritual


Te ha humillado y te ha hecho sentir hambre para alimentarte luego con el maná, desconocido de tus mayores; para que aprendieras que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor.


Desde ese momento el maná dejó de caer y los israelitas, desde aquel año, se alimentaron de los productos de la tierra de Canaán.


El que tenga oídos que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca, y en la piedra escribiré un nombre nuevo, que sólo conoce el que la recibe.


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