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Juan 18:11 - Biblia Martin Nieto

11 Jesús dijo a Pedro: 'Mete la espada en la vaina; ¿es que no tengo que beber el cáliz que me da el Padre?'

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Jesús entonces dijo a Pedro: Mete tu espada en la vaina; la copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Pero Jesús le dijo a Pedro: «Mete tu espada en la vaina. ¿Acaso no voy a beber de la copa de sufrimiento que me ha dado el Padre?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Jesús dijo a Pedro: 'Coloca la espada en su lugar. ¿Acaso no voy a beber la copa que el Padre me ha dado?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Entonces Jesús dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa° que me ha dado el Padre, ¿no la he de beber?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Jesús dijo a Pedro: 'Mete la espada en la vaina. ¿Es que no voy a beber el cáliz que me ha dado mi Padre?'.

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Juan 18:11
22 Referencias Cruzadas  

El rey dijo: 'Esto no os importa a vosotros, hijos de Sarvia. Si el Señor le ha ordenado que me maldiga, nadie podrá pedirle cuentas'.


Dios es el que juzga: a unos humilla y a otros los ensalza.


Has seguido el camino de tu hermana, y por eso yo pondré su copa en tu mano.


Jesús respondió: 'No sabéis lo que pedís. ¿Podréis beber el cáliz que yo he de beber?'. Contestaron: 'Podemos'.


Avanzó unos pasos más, cayó de bruces y se puso a orar así: 'Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú'.


De nuevo, por segunda vez, se fue a orar, diciendo: 'Padre mío, si no es posible que este cáliz pase sin que yo lo beba, hágase tu voluntad'.


Por todas esas cosas se afanan los paganos. Vuestro Padre ya sabe que las necesitáis.


diciendo: 'Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya'.


Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.


Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.


Jesús respondió: 'Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí'.


Jesús le dijo: 'Suéltame, que aún no he subido al Padre; anda y di a mis hermanos que me voy con mi Padre y vuestro Padre, con mi Dios y vuestro Dios'.


las armas con que lucho no son humanas, sino divinas; capaces de destruir fortalezas, de deshacer las acusaciones


con la palabra de verdad, con el poder de Dios; mediante las armas ofensivas y defensivas de la justicia;


fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.


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