Juan 10:31 - Biblia Martin Nieto

³¹ De nuevo los judíos agarraron piedras para apedrearlo.

Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

³¹ Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³¹ Una vez más, la gente tomó piedras para matarlo.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³¹ Entonces los judíos tomaron de nuevo piedras para tirárselas.

La Biblia Textual 3a Edicion

³¹ Los judíos alzaron otra vez piedras para apedrearlo.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³¹ De nuevo tomaron piedras los judíos para lapidarlo.

Juan 10:31 Referencias Cruzadas

Éxodo 17:4

Moisés llamó al Señor: '¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrean'.

Mateo 12:14

Pero los fariseos salieron y tomaron en consejo la resolución de acabar con él.

Mateo 21:35

Pero los viñadores agarraron a los criados, y a uno le pegaron, a otro lo mataron y a otro lo apedrearon.

Mateo 23:35

para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien asesinasteis entre el santuario y el altar.

Juan 1:19

Los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a preguntar a Juan:

Juan 10:24

Los judíos lo rodearon y le preguntaron: '¿Hasta cuándo nos has de tener en vilo? Si tú eres el mesías, dínoslo claramente'.

Juan 10:32

Jesús les replicó: 'He hecho muchas obras buenas ante vosotros de parte de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?'.

Juan 11:8

Los discípulos le dijeron: 'Maestro, hace poco querían apedrearte los judíos, ¿y vas a volver allí?'.

Juan 5:18

Por eso principalmente los judíos querían matarlo; porque no sólo violaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio padre, haciéndose igual a Dios.

Juan 8:59

Entonces agarraron piedras para tirárselas. Pero Jesús se escondió y salió del templo.

Hechos 7:52

¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Mataron a los que predijeron la venida del Justo, del cual vosotros ahora sois los traidores y asesinos;

1 Samuel 30:6

David estaba muy angustiado porque la gente quería apedrearlo, pues todos estaban muy amargados, cada uno por sus hijos y por sus hijas. Pero David se confortó en el Señor, su Dios.