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Jonás 1:4 - Biblia Martin Nieto

4 Pero el Señor desencadenó un fuerte viento sobre el mar, y hubo una borrasca tan violenta que parecía que la nave iba a hacerse pedazos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Ahora bien, el Señor mandó un poderoso viento sobre el mar, el cual desató una violenta tempestad que amenazaba con despedazar el barco.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Pero Yavé envió un fuerte viento sobre el mar, causando una tempestad tan grande que el barco amenazaba hundirse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Pero YHVH mandó un viento impetuoso sobre el mar, y se alzó una gran tempestad en el mar, de manera que la nave estaba a punto de romperse.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Pero Yahveh desencadenó sobre el mar un viento huracanado y se formó en el mar una borrasca tan violenta que la nave estaba a punto de naufragar.

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Jonás 1:4
13 Referencias Cruzadas  

Porque el que hizo las montañas y creó el viento, el que descubre al hombre sus pensamientos, el que hace la aurora y las tinieblas y camina sobre las cumbres de la tierra se llama el Señor, Dios omnipotente.


Hace subir las nubes desde los confines de la tierra, abre con los relámpagos la lluvia, saca de sus depósitos al viento.


Y el Señor cambió el viento y le hizo soplar muy fuerte del oeste; barrió la langosta y la arrojó al mar Rojo. Ni una sola quedó en todo el territorio de Egipto.


El Señor levantó un viento que soplaba del mar y que trajo bandadas de codornices, que cayeron sobre el campamento; cubrían el espacio de una jornada de camino de uno y otro lado del campamento, y tenían el espesor de un metro sobre el suelo.


Soplaste con tu aliento, y los cubrió la mar; se hundieron como plomo en las impetuosas aguas.


Moisés extendió después su mano sobre el mar, y el Señor, por medio de un recio viento del este, empujó el mar, dejándolo seco y dividiendo las aguas.


Moisés extendió su bastón sobre Egipto, y el Señor hizo soplar sobre él el viento del este todo aquel día y aquella noche. Al amanecer, el viento del este había traído la langosta,


El Señor hace todo lo que quiere en el cielo y en la tierra, en el mar y en todos los abismos.


A su voz se acumulan las aguas en el cielo; hace subir las nubes del extremo de la tierra, para la lluvia produce los relámpagos y saca de sus depósitos el viento.


fuego y granizo, nieve y bruma, viento de tempestad que ejecuta sus órdenes,


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