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Éxodo 20:2 - Biblia Martin Nieto

2 'Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de Egipto, de la casa de la esclavitud.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Yo soy el Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Yo soy Yavé, tu Dios, el que te sacó de Egipto, país de la esclavitud.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Yo soy YHVH tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 'Yo soy Yahveh, tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.

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Éxodo 20:2
50 Referencias Cruzadas  

El pueblo, al ver esto, cayó rostro en tierra, y exclamó: '¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!'.


y adoraron a los ídolos, cosa que el Señor les había prohibido.


Esto sucedió porque los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, el que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto, y habían venerado a dioses extranjeros.


El Señor, su Dios, lo entregó en manos del rey de Siria, que lo derrotó, haciéndole gran número de prisioneros, que fueron conducidos cautivos a Damasco. Fue entregado también en manos del rey de Israel, que le infligió una gran derrota.


'Escucha, pueblo mío, voy a hablarte; Israel, voy a declarar en contra tuya, yo, Dios, tu Dios.


no habría en tu casa un dios extraño, no adorarías a ningún dios extranjero.


Yo, el Señor, soy tu Dios, que te saqué de Egipto; abre bien tu boca y yo la llenaré.


'Yo liberé sus hombros de la carga, sus manos se libraron de la espuerta.


Y cuando tu hijo te pregunte mañana: ¿Qué es esto?, tú le dirás: El Señor nos sacó con mano fuerte de Egipto, de la casa de la esclavitud.


Y Moisés dijo al pueblo: 'Recordad siempre este día, en el cual salisteis de Egipto, de la casa de la esclavitud, porque el Señor os ha sacado con mano fuerte. Por ello no habréis de comer nada fermentado'.


Guiaste en tu bondad al pueblo que salvaste; lo llevaste con tu poder a tu santa mansión.


Temblor y espanto les asaltan; por la fuerza de tu brazo enmudecen como piedra. Hasta que tu pueblo, oh Señor, haya pasado; hasta que haya pasado este pueblo que adquiriste.


Les dijo: 'Si verdaderamente escuchas la voz del Señor, tu Dios, y haces lo que es recto a sus ojos, prestas oído a sus mandatos y observas todos sus estatutos, no enviaré sobre ti ninguna de las plagas con que castigué a los egipcios, porque yo soy el Señor, tu salvador'.


Dios pronunció todas estas palabras:


Ellos conocerán que yo, el Señor, soy su Dios, que los saqué de Egipto para habitar en medio de ellos; yo, el Señor, su Dios'.


Di a los israelitas: Yo soy el Señor; yo os libertaré de la opresión de los egipcios; os libraré de su esclavitud y os rescataré con gran poder y haciendo justicia.


Porque yo soy el Señor, tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. Como precio de tu rescate entrego a Egipto, Etiopía y Sabá a cambio tuyo.


Sin embargo, vienen días -dice el Señor- en que ya no se dirá: '¡Vive el Señor, que sacó a los israelitas de Egipto!',


No dijeron: ¿Dónde está el Señor, que nos sacó de Egipto, que nos guió a través del desierto por una tierra árida y escabrosa, tierra reseca y de tinieblas, tierra por donde no pasa ningún hombre y donde nadie se establece?


En aquel tiempo -dice el Señor- yo seré el Dios de todas las familias de Israel y ellos serán mi pueblo.


Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


'Esto dice el Señor, Dios de Israel: Yo hice tomar este compromiso a vuestros padres el día en que los saqué de Egipto, de la casa de la esclavitud:


Yo soy el Señor, vuestro Dios. Caminad según mis preceptos, guardad mis leyes y ponedlas en práctica.


Diles: Esto dice el Señor Dios: El día que yo elegí a Israel alcé mi mano por la estirpe de la casa de Jacob, me manifesté a ellos en la tierra de Egipto y les juré diciendo: Yo, el Señor, soy vuestro Dios.


Y les dije: Tirad los ídolos que seducen vuestros ojos y no os contaminéis con los ídolos de Egipto: Yo soy el Señor, vuestro Dios.


Yo, el Señor, soy tu Dios desde el país de Egipto; te haré habitar de nuevo en tiendas, como en los días de nuestro encuentro.


Sin embargo, yo, el Señor, soy tu Dios desde el país de Egipto; no conoces otro Dios más que yo, no hay salvador fuera de mí.


Yo soy el Señor, que os he sacado de Egipto para ser vuestro Dios; vosotros seréis santos, porque yo soy santo.


Tened balanzas justas, pesos justos y sean exactos el peso y la medida: yo, el Señor, vuestro Dios, que os he sacado de Egipto.


para que vuestros descendientes sepan que yo hice vivir en tiendas a los israelitas cuando los saqué de Egipto: yo, el Señor, vuestro Dios'.


yo, el Señor, vuestro Dios, que os saqué de Egipto para daros la tierra de Canaán y ser vuestro Dios.


Porque son siervos míos que yo saqué de Egipto, y no deben ser vendidos como se vende un esclavo.


Porque los israelitas me pertenecen como siervos; son mis siervos que yo saqué de Egipto: yo, el Señor, vuestro Dios'.


'No os hagáis ídolos, no os alcéis estatuas o estelas ni pongáis en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas, porque yo soy el Señor, vuestro Dios.


Yo, el Señor, vuestro Dios, que os saqué de Egipto para que no fueseis esclavos allí, rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice salir con la cabeza erguida'.


Yo os saqué de Egipto y os conduje por el desierto durante cuarenta años para que tomarais posesión de la tierra del amorreo.


No hay distinción entre el judío y el griego, porque Jesús es el mismo Señor de todos, rico para todos los que lo invocan.


¿O es que Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No lo es también de los paganos? Sí, también de los paganos;


Es reo de muerte, y tu mano sea la primera sobre él, continuando la mano de todo el pueblo su ejecución.


Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor, tu Dios, te dio la libertad. Por eso te ordeno esto hoy.


Cuando salgas a hacer la guerra contra tus enemigos y veas los caballos y los carros de un pueblo más numeroso que tú, no tengas miedo de ello, pues el Señor, tu Dios, está contigo, el mismo que te sacó de Egipto.


Acuérdate de que tú fuiste siervo también en Egipto y de que el Señor, tu Dios, te sacó de allí con mano fuerte y brazo poderoso. Por eso el Señor, tu Dios, te manda guardar el sábado.


Yo soy el Señor, tu Dios, que te ha sacado de Egipto, de la casa de la esclavitud.


Porque el Señor os amó y porque ha querido cumplir el juramento hecho a vuestros padres, os ha sacado de Egipto con mano poderosa y os ha librado de la casa de la esclavitud, de la mano del Faraón, rey de Egipto.


El ángel del Señor subió de Guilgal a Betel y dijo: 'Yo os saqué de Egipto y os traje a esta tierra que había prometido con juramento a vuestros padres, diciendo: No romperé jamás mi alianza con vosotros.


Y os dije: Yo soy el Señor, vuestro Dios. No adoraréis a los dioses de los amorreos cuyas tierras vais a ocupar. Pero vosotros no me habéis obedecido'.


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