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Ester 4:1 - Biblia Martin Nieto

1 Apenas supo Mardoqueo lo que se había hecho, rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y ceniza y salió por la ciudad lanzando gritos de dolor: '¡Un pueblo inocente va a ser exterminado!'.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la ciudad clamando con grande y amargo clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando Mardoqueo se enteró de todo lo que había ocurrido, se rasgó su ropa, se vistió de tela áspera, se arrojó ceniza y salió por la ciudad llorando a gritos con un amargo lamento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Al enterarse Mardoqueo de esas determinaciones rasgó su ropa, se puso un saco y se cubrió de ceniza, luego salió a recorrer la ciudad lanzando gritos desgarradores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Mardoqueo supo todo lo que se había hecho. Entonces Mardoqueo rasgó sus vestidos y se vistió de saco° y de ceniza, y entró al medio de la ciudad,° y allí clamó amargamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores,

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Ester 4:1
27 Referencias Cruzadas  

Cuando Esaú oyó las palabras de su padre gritó con gran fuerza su amargura, y dijo a su padre: 'Bendíceme también a mí, padre mío'.


Jacob rasgó sus vestiduras, se puso un saco a la cintura y guardó luto por su hijo durante muchos días.


Entonces David se rasgó las vestiduras, y todos los que estaban con él hicieron lo mismo.


Entonces Tamar echó polvo en su cabeza, rasgó la túnica y con las manos en la cabeza se marchó gritando.


Llegó hasta la puerta de palacio y allí se paró, pues nadie podía pasarla vestido de saco.


En todas las provincias y lugares donde fue publicado el edicto del rey no había más que luto, ayunos, lloros y lamentos por parte de los judíos. El saco y las cenizas fueron el lecho de muchos.


Entonces Job se levantó, rasgó sus vestiduras y se rapó la cabeza. Luego cayó en tierra, adoró y dijo:


Job, con un cascote de teja para rascarse, fue a sentarse sobre las cenizas.


Por eso retracto mis palabras y en polvo y ceniza hago penitencia.


Gritan Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oye su voz: los guerreros de Moab se estremecen, se amedrenta su ánimo.


Por esto digo: Retirad vuestros ojos de mí, dejad que llore amargamente; no tratéis de consolarme por la ruina de la hija de mi pueblo.


Al oírlos, el rey Ezequías se rasgó las vestiduras, se vistió de saco y entró en el templo del Señor.


Luego mandó al mayordomo de palacio Eliaquín, al secretario Sebná y a los ancianos de los sacerdotes, vestidos de saco, donde el profeta Isaías, hijo de Amós.


¿Es éste acaso el ayuno que me agrada, el día en que el hombre se mortifica? ¿Doblar como un junco la cabeza, acostarse en el saco y la ceniza? ¿A eso llamas ayuno, día agradable al Señor?


Y tú, hijo de hombre, ponte a gemir; gime ante su vista con corazón angustiado y amargura.


Me dirigí al Señor implorándole con oraciones y súplicas, con ayuno, sayal y ceniza.


Por eso me lamentaré y gritaré, andaré descalzo y desnudo, lanzaré aullidos como los chacales, y lamentos como las avestruces.


Cerca está el gran día del Señor, está cerca y llega velozmente. ¡Ya se oye el ruido del día del Señor, y hasta el valiente dará gritos de espanto!


'¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida!, porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, haría ya tiempo que se hubieran arrepentido cubiertas de saco y ceniza.


Cuando se enteraron de ello los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus vestidos y se lanzaron entre la gente gritando:


Josué rasgó sus vestiduras y se postró rostro en tierra delante del arca del Señor hasta la tarde, y con él los ancianos de Israel; todos se echaron polvo sobre sus cabezas.


Yo haré que mis dos testigos profeticen vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días'.


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