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Lucas 9:5 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

5 Y dondequiera que no los reciban, al salir de aquella ciudad, sacudan el polvo de sus pies como testimonio contra ellos”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Y dondequiera que no os recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero donde no los quieran recibir, no salgan del pueblo sin antes sacudir el polvo de sus pies: esto será un testimonio contra ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y dondequiera que no os reciban, saliendo de aquella ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies, como testimonio contra ellos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y si algunos no os reciben, salid de aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos'.

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Lucas 9:5
13 Referencias Cruzadas  

Además, sacudí mi ropa y dije: “Así sacuda ha'Elohim de su casa y de su propiedad a todo hombre que no cumpla esta promesa, y que se quede sacudido y vacío”. Y toda la congregación respondió: “¡Amén!” y alabaron a Yahweh. El pueblo cumplió su promesa.


Los llevarán aun ante gobernadores y reyes por mi causa, para dar testimonio a ellos y a los gentiles.


En cualquier lugar que no los reciban ni los oigan, al salir de allí, sacudan el polvo que está debajo de sus pies, para testimonio contra ellos”.


“El que en mi nombre recibe a alguien como este niño, a mí me recibe; y el que a mí me recibe no me recibe a mí, sino a Aquel que me envió”.


El que los escucha me escucha a mí; el que los rechaza me rechaza a mí; y el que me rechaza, rechaza al que me envió”.


Yahoshúa le mandó que no se lo dijera a nadie; más bien, le dijo: “Ve y muéstrate al sacerdote y da por tu purificación la ofrenda que mandó Mosheh, para testimonio a ellos”.


En cualquier casa en que entren, alójense allí hasta que se vayan del lugar.


y les dijo: “Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre me recibe a mí; y cualquiera que me reciba a mí recibe al que me envió. Porque el que es más pequeño entre todos ustedes, ése es el más importante”.


Entonces sacudieron el polvo de sus pies contra ellos, y se fueron a Iconio.


Pero como ellos lo contradecían y blasfemaban, sacudió sus vestidos y les dijo: “¡Que su sangre recaiga sobre su propia cabeza! ¡Yo no tengo la culpa! De aquí en adelante me iré a los gentiles”.


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