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Lucas 9:26 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

26 Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria y la del Padre y la de los santos mensajeros.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del Hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y en la gloria de su Padre con los ángeles santos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre y de los santos ángeles.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Porque, si alguno se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria y la de su Padre y la de los santos ángeles.

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Lucas 9:26
30 Referencias Cruzadas  

Fue despreciado, desechado por los hombres; varón de sufrimientos, familiarizado con la enfermedad. Como uno que esconde su rostro de nosotros, fue menospreciado, y lo estimamos como nada.


Un río de fuego procedía y salía de delante de él. Miles de miles le servían, y millones de millones estaban de pie delante de él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros.


Porque el Hijo del Hombre va a venir en la gloria de su Padre con sus mensajeros, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos.


“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria y todos los mensajeros con él, entonces se sentará en su trono glorioso;


Yahoshúa le dijo: “Tú lo has dicho. Además les digo desde ahora que ustedes verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder, y viniendo en las nubes del cielo”.


Pues el que se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos mensajeros”.


Porque amaron la gloria de los hombres más que la gloria de Elohim.


“¿Cómo van a poder ustedes creer cuando reciben gloria unos de otros y no buscan la gloria que viene de parte de Elohim único?


Ellos dijeron: “Cornelio el oficial militar, un hombre justo, respetuoso de Yahweh y que tiene buen testimonio por parte de toda la nación de los yahuditas, tuvo respuesta de Yahweh por medio de un mensajero santo, encargándole que te hiciera ir a su casa para escuchar lo que tú dijeras”.


Porque no me avergüenzo de la Buena Noticia; pues es un poder de Elohim para salvación a todo el que cree, al yahudita primero y también al griego.


Por eso me complazco en las debilidades, afrentas, necesidades, persecuciones y angustias por la causa del Mashíaj; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.


Pero lejos esté de mí el gloriarme sino en el madero de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj, por medio de quien el mundo quedó ejecutado para mí y yo para el mundo.


Requiero solemnemente delante de Yahweh y del Mashíaj Yahoshúa y de sus mensajeros escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicio, no haciendo nada con parcialidad.


Por esta razón padezco estas cosas, pero no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar lo que me ha confiado para aquel día.


Si perseveramos, reinaremos con él. Si lo negamos, él también nos negará.


Consideró el oprobio por el Mashíaj como riquezas superiores a los tesoros de los mitsrayitas, porque fijaba la mirada en la recompensa.


Salgamos pues a él, fuera del campamento, llevando su humillación.


Acerca de estos también profetizó Janokh, séptimo después de Adam, diciendo: “Miren, Yahweh vino con diez millares de sus santos


Miren que viene con las nubes, y todo ojo lo verá: aun los que lo traspasaron. Todas las tribus de la tierra se lamentarán a causa de él. ¡Sí, amén!


Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se halló para ellos.


Pero, para los cobardes e incrédulos, para los abominables y homicidas, para los fornicarios y hechiceros, para los idólatras y todos los mentirosos, su herencia será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.


De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus mensajeros.


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