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Lucas 7:40 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

40 Entonces, Yahoshúa le respondió: “Shimón, tengo algo que decirte”. Él dijo: “Dilo, Rabí”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

40 Entonces respondiendo Jesús, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Y él le dijo: Di, Maestro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 Entonces Jesús respondió a los pensamientos del fariseo: —Simón —le dijo—, tengo algo que decirte. —Adelante, Maestro —respondió Simón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Pero Jesús, tomando la palabra, le dijo: 'Simón, tengo algo que decirte. Simón contestó: 'Habla, Maestro. Y Jesús le dijo:'

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Jesús, tomando la palabra, le dijo: Simón, una cosa tengo que decirte. Él dice: Di, Maestro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Entonces tomó Jesús la palabra y le dijo: 'Simón, tengo que decirte una cosa'. Y él contestó: 'Dime, Maestro'.

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Lucas 7:40
16 Referencias Cruzadas  

y añadió: “Tengo que decirte algo”. Ella dijo: “Habla”.


Vienen a ti como el pueblo acostumbra venir, y se sientan delante de ti como mi pueblo. Oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica. Más bien, expresan motivos sensuales con sus bocas, y su corazón va en pos de sus ganancias deshonestas.


Un hijo debe honrar a su padre, y un siervo a su amo. Pues si yo soy un padre, ¿dónde está la honra que se me debe? Y si soy un amo, ¿dónde está la reverencia que se me debe? –dijo Yahweh de los Ejércitos a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. Pero ustedes preguntan: “¿Cómo nos hemos burlado de tu nombre?”


Enseguida se acercó a Yahoshúa y le dijo: “¡Shalom, Rabí!” Y lo besó afectuosamente.


Muchos me dirán en aquel día: “Maestro, Maestro, nosotros profetizamos en tu nombre, en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchas obras poderosas!’


Cierto hombre principal le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para obtener la vida eterna?”


Pero Yahoshúa, dándose cuenta de los razonamientos de ellos, les respondió: “¿Qué razonan ustedes en sus corazones?


Yahoshúa les respondió: “Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos.


Pero él, conociendo los razonamientos de ellos, le dijo al hombre que tenía la mano paralizada: “Levántate y ponte en el medio”. Él se levantó y se puso en el medio.


Al ver esto el fariseo que lo había invitado a comer, se dijo a sí mismo: “Si éste fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, porque es una pecadora.


“Cierto acreedor tenía dos deudores: Uno le debía quinientos denarios, y el otro, cincuenta.


Ustedes me llaman Rabí y Maestro; y dicen bien, porque lo soy.


Yahoshúa comprendió que querían preguntarle y les dijo: “¿Preguntan entre ustedes sobre esto que dije: ‘Dentro de poco no me verán; pero un poco más tarde me verán’?


Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte. Por eso creemos que has salido de Elohim”.


Éste vino a Yahoshúa de noche y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de Elohim como maestro; porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, a menos que Elohim esté con él”.


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