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Lucas 2:25 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

25 En aquel tiempo había en Yerushaláyim un hombre llamado Shimón, y este hombre era justo y piadoso; esperaba la consolación de Yisrael, y el espíritu de santidad estaba sobre él.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 En ese tiempo, había en Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era justo y devoto, y esperaba con anhelo que llegara el Mesías y rescatara a Israel. El Espíritu Santo estaba sobre él

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Y he aquí había en Jerusalem un hombre cuyo nombre era Simeón. Y este hombre justo y devoto esperaba la liberación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Vivía por entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era realmente recto y piadoso; esperaba el consuelo de Israel y el Espíritu Santo residía en él.

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Lucas 2:25
22 Referencias Cruzadas  

Esta es la descendencia de Nóaj. Nóaj fue un hombre recto; fue intachable en su época; Nóaj caminó con ha'Elohim.


Había un hombre en la tierra de Uts llamado Iyov. Aquel hombre era intachable y recto; respetaba a Elohim y se apartaba del mal.


Yahweh le dijo al Satán: “¿Has notado a mi servidor Iyov? No hay nadie como él sobre la tierra, ¡un hombre intachable y recto que respeta a Elohim y se aparta del mal!”


Se dirá en aquel día: “Miren, éste es nuestro Elohim; en él hemos confiado, y él nos ha salvado. Este es Yahweh, en quien hemos confiado; ¡Gocémonos y alegrémonos en su liberación!”


“Consuelen, consuelen a mi pueblo –dice su Elohim–.


“Él te ha dicho, oh hombre, lo que es bueno, y lo que requiere Yahweh de ti: Solamente que hagas justicia y que ames la bondad, y que camines modestamente con tu Elohim;


Entonces Yahweh bajó en una nube y le habló; tomó del espíritu que estaba sobre él y lo puso sobre los setenta ancianos. Y cuando el espíritu reposó sobre ellos, hablaron en éxtasis, pero esto no continuó.


Pero Mosheh le dijo: “¿Tienes celos por mí? ¡Quisiera yo que todos en el pueblo de Yahweh fueran profetas, que Yahweh pusiera su espíritu sobre ellos!”


llegó Yosef de Ramatáyim, miembro ilustre del Concilio, quien también esperaba el reino de Elohim, y entró osadamente donde Pilato y le pidió el cuerpo de Yahoshúa.


Sucedió que, cuando Elisheva oyó el saludo de Miryam, la criatura saltó en su vientre. Y Elisheva se llenó de espíritu de santidad,


Ambos eran justos delante de Elohim y vivían irreprensiblemente en todos los mandamientos y ordenanzas de Yahweh.


Zekharyah, su padre, se llenó de espíritu de santidad y profetizó diciendo:


En la misma hora acudió al Templo y daba gracias a Elohim, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Yerushaláyim.


Este no había consentido con el Sanhedrín ni con los hechos de ellos. Él era de Ramatáyim, ciudad de los yahuditas, y también esperaba el reino de Elohim.


Era devoto y respetuoso de Yahweh con toda su familia; hacía muchas obras de caridad para el pueblo y oraba regularmente a Yahweh.


Ellos dijeron: “Cornelio el oficial militar, un hombre justo, respetuoso de Yahweh y que tiene buen testimonio por parte de toda la nación de los yahuditas, tuvo respuesta de Yahweh por medio de un mensajero santo, encargándole que te hiciera ir a su casa para escuchar lo que tú dijeras”.


En Yerushaláyim se estaban hospedando yahuditas piadosos de todas las naciones debajo del cielo.


Y por esto yo me esfuerzo siempre por tener una conciencia sin remordimiento delante de Elohim y de los hombres.


Yahweh tu Elohim te levantará de entre tu propio pueblo a un profeta como yo; a él deberán hacerle caso.


porque jamás fue traída la profecía por voluntad humana; al contrario, los hombres hablaron de parte de Elohim siendo inspirados por el espíritu de santidad.


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