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Lucas 11:13 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

13 Pues si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el espíritu de santidad a los que le pidan?”

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes lo pidan».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del Cielo dará espíritu santo a los que se lo pidan!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿con cuánta más razón el Padre que está en el cielo dará Espíritu Santo a los que le piden?'.

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Lucas 11:13
30 Referencias Cruzadas  

Entonces Yahweh olió el agradable aroma, y se dijo Yahweh: “Nunca más volveré a degradar la tierra por culpa del hombre, porque las tramas de la mente del hombre son malvadas desde su juventud; tampoco volveré a destruir jamás a todo ser viviente, como lo he hecho.


Mira que en maldad nací, pecador me concibió mi madre.


Ustedes son indiferentes a mi reprensión; ahora les voy a decir lo que pienso, les voy a comunicar mis pensamientos.


“¿Puede olvidarse una mujer de su bebé, o negar al hijo de su vientre? Aunque ella se olvidara, yo nunca podría olvidarme de ti.


Pondré mi espíritu dentro de ustedes y haré que anden según mis leyes, que guarden mis decretos y que los pongan en práctica.


[3:1] Después de eso, derramaré mi espíritu sobre toda persona; sus hijos y sus hijas profetizarán; sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes verán visiones.


Así debe alumbrar la luz de ustedes delante de la gente, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en el cielo.


para que sean hijos de su Padre que está en el cielo; porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos.


Porque si ustedes perdonan a los demás sus ofensas, su Padre celestial también los perdonará a ustedes.


Si Elohim viste así la hierba del campo, que hoy está y mañana la echan en el horno, ¿no hará mucho más por ustedes, hombres de poca fe?


Porque los gentiles buscan todas esas cosas, pero su Padre que está en el cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas.


Pues si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le piden?


O si le pide un huevo, ¿le daría un escorpión?


Él les dijo: “Cuando ustedes oren, digan: “Padre, santificado sea tu nombre; venga tu reino;


¿Y Elohim no les hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche, siendo paciente con ellos?


Yahoshúa le respondió: “Si conocieras el don de Yahweh, y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le hubieras pedido a él, y él te habría dado agua viva”.


Entonces Shimón les dijo: “Arrepiéntanse y sumérjase cada uno de ustedes en el nombre de Yahoshúa el Mashíaj, para que se les perdonen sus pecados, y recibirán el don del espíritu de santidad.


Así que si por el delito de uno solo reinó la muerte por culpa de aquel, con más razón reinarán en vida los que reciben la abundancia de su favor y el don de la justificación mediante uno solo: Yahoshúa el Mashíaj.


Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza carnal, el bien no es permanente. Porque hay en mí el deseo de hacer el bien, pero no alcanzo a realizarlo.


El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos también con él todas las cosas?


Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, desobedientes, extraviados. Estábamos esclavizados por diversas pasiones y placeres, viviendo en malicia y en envidia. Eramos aborrecibles, odiándonos unos a otros.


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