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Lucas 1:20 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

20 Mira, quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que se realice esto, por cuanto no has creído a mis palabras, las cuales se cumplirán a su debido tiempo”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Pero ahora, como no creíste lo que te dije, te quedarás mudo, sin poder hablar hasta que nazca el niño. Te aseguro que mis palabras se cumplirán a su debido tiempo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Mis palabras se cumplirán a su debido tiempo, pero tú, por no haber creído, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto ocurra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 He aquí estarás mudo y sin poder hablar° hasta el día que lleguen a suceder estas cosas, por cuanto no creíste a mis palabras, las cuales serán cumplidas a su debido tiempo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Pero mira: te vas a quedar mudo y sin poder hablar hasta el día en que se realicen estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su tiempo'.

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Lucas 1:20
22 Referencias Cruzadas  

aquel asistente le había respondido al hombre de ha'Elohim y había dicho: “Aun cuando Yahweh hiciera ventanas en los cielos, ¿sería esto posible?” Y Elishá le había dicho: “¡Tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello!”


El asistente en cuyo brazo se apoyaba el rey, le respondió al hombre de ha'Elohim: “Aun cuando Yahweh hiciera ventanas en los cielos, ¿sería esto posible?” Y él dijo: “¡Tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello!”


Y Yahweh le dijo: “¿Quién le da el habla al hombre? ¿Quién lo hace mudo o sordo, vidente o ciego? ¿No soy yo, Yahweh?


La capital de Efráyim es Shomrón, y el caudillo de Shomrón es el hijo de Remalyahu. Pero dentro de sesenta y cinco años Efráyim será destrozado como pueblo. Si ustedes no creen, porque no se puede confiar en ustedes..”.


En aquel día se abrirá tu boca, y hablarás con el que haya escapado, pues ya no estarás mudo. Tú les servirás de señal, y sabrán que yo soy Yahweh”.


Y haré que tu lengua se pegue a tu paladar, y quedarás mudo; así no serás para ellos un amonestador, porque son una raza rebelde.


Mientras hablaba conmigo tales palabras, puse mi rostro en tierra y enmudecí.


Pero Yahweh les dijo a Mosheh y Aharón: “Por cuanto ustedes no confiaron en mí lo suficiente para afirmar mi santidad a la vista del pueblo yisraelita, por tanto ustedes no guiarán esta congregación a la tierra que les he dado”.


Luego, apareció a los Once cuando estaban sentados a la mesa, y los reprendió por su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.*


Él respondió y les dijo: “¡Ay generación incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo”.


El mensajero le respondió: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de Elohim, y me han enviado para hablarte y anunciarte estas buenas nuevas.


El pueblo estaba esperando a Zekharyah, y se extrañaba de que él pasara tanto tiempo en el Templo.


Cuando salió, no les podía hablar; y se dieron cuenta de que había tenido una visión en el Templo. Él se comunicaba con ellos por señas y permaneció mudo.


Feliz la que creyó, porque se cumplirá lo que se le ha dicho de parte de Yahweh”.


En ese momento se le abrió la boca, y se le soltó la lengua, y comenzó a hablar bendiciendo a Elohim.


¿Qué importa si algunos de ellos han sido infieles? ¿Acaso podrá la infidelidad de ellos invalidar la fidelidad de Elohim?


Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo”.


basada en la esperanza de la vida eterna, que el Elohim que no miente prometió desde antes del comienzo del tiempo,


Así, por dos actos inmutables, en los que es imposible que Elohim mienta, los que hemos venido a él en busca de refugio, tenemos un poderoso aliciente para aferrarnos de la esperanza que se nos pone delante.


“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.


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