Biblia Todo Logo
La Biblia Online

- Anuncios -





Juan 8:20 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

20 Estas palabras las habló Yahoshúa mientras enseñaba en el Templo en el lugar de las ofrendas; pero nadie lo detuvo, porque todavía no le había llegado la hora.

Ver Capítulo Copiar


Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Jesús dijo todo esto mientras enseñaba en la parte del templo conocida como la tesorería, pero no lo arrestaron, porque aún no había llegado su momento.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Jesús dijo estas cosas en el lugar donde se reciben las ofrendas, cuando estaba enseñando en el Templo, pero nadie lo detuvo, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

La Biblia Textual 3a Edicion

20 Estas palabras habló en la tesorería,° mientras enseñaba en el templo, y nadie lo prendió, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar

Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Estas palabras las dijo junto al tesoro, mientras estaba enseñando en el templo; y nadie le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

Ver Capítulo Copiar




Juan 8:20
17 Referencias Cruzadas  

Los cuatro jefes de los porteros, que eran lewitas, estaban en puestos de confianza a cargo de las cámaras y de los tesoros de la Casa de ha'Elohim.


En ese momento Yahoshúa le dijo a la multitud: “¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos para arrestarme? Cada día me sentaba a enseñar en el templo, y ustedes no me arrestaron.


Los principales sacerdotes, recogieron las piezas de plata y dijeron: “No es lícito ponerlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre”.


Estando Yahoshúa sentado frente al arca de las ofrendas, observaba cómo el pueblo echaba dinero en el arca. Muchos ricos echaban mucho,


Él llamó a sus discípulos y les dijo: “En verdad les digo que esa viuda pobre echó más que todos los que echaron en el arca.


En aquel momento los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero le temieron al pueblo.


Un día, al levantar la mirada, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro.


Por eso trataron otra vez de apresarlo, pero él se les escapó de las manos.


Yahoshúa le dijo: “¿Qué tenemos que ver tú y yo con eso, mujer? Todavía no ha llegado mi hora”.


Cuando ya había pasado la mitad de la Fiesta, Yahoshúa subió al templo y se puso a enseñar.


Entonces procuraban apresarlo, pero nadie le puso la mano encima, porque todavía no le había llegado la hora.


Algunos de ellos querían tomarlo preso, pero ninguno le echó mano.


Suban ustedes a la Fiesta. Yo no subo todavía a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido”.


Luego, al amanecer, se presentó otra vez en el Templo y todo el pueblo acudió a él; entonces se sentó y se puso a enseñarles.


Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Yahoshúa se ocultó y salió del Templo.


Síguenos en:

Anuncios


Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos