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Juan 7:30 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

30 Entonces procuraban apresarlo, pero nadie le puso la mano encima, porque todavía no le había llegado la hora.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

30 Entonces procuraban prenderle; pero ninguno le echó mano, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Entonces los líderes trataron de arrestarlo, pero nadie le puso las manos encima, porque aún no había llegado su momento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Entonces procuraban prenderlo, pero nadie pudo echarle mano, porque aún no había llegado su hora.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Querían, pues, prenderlo; pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.

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Juan 7:30
22 Referencias Cruzadas  

En verdad los más fieros de los hombres te reconocerán, cuando te ciñas con la última porción de furia.


Yo predigo el fin desde el principio, y desde el comienzo, cosas que no han ocurrido. Yo digo: Mi plan se cumplirá; haré todo lo me he propuesto.


Pero saliendo los fariseos, deliberaron contra él sobre cómo destruirlo.


Pero aunque querían echarle mano, le temían al pueblo; porque éste lo consideraba como un profeta.


Los principales sacerdotes y los escribas lo oyeron, y empezaron a buscar cómo matarlo; porque le tenían miedo, pues todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza.


En aquel momento los principales sacerdotes y los escribas procuraban echarle mano, porque entendieron que contra ellos había dicho esta parábola; pero le temieron al pueblo.


Mientras yo estaba con ustedes cada día en el Templo, no extendieron la mano contra mí. Pero ésta es la hora de ustedes, cuando dominan las tinieblas”.


Los [dirigentes] yahuditas volvieron a tomar piedras para apedrearlo.


Por eso trataron otra vez de apresarlo, pero él se les escapó de las manos.


Los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que si alguno supiera dónde estaba, lo informara para apresarlo.


¿No les dio Mosheh la Torah? Y ninguno de ustedes la cumple. ¿Por qué tratan de matarme?”


Los fariseos oyeron que la multitud comentaba estas cosas sobre él, y los principales sacerdotes y los fariseos enviaron guardias para apresarlo.


Entonces Yahoshúa les dijo: “Mi tiempo no ha llegado todavía, pero el tiempo de ustedes siempre está a la mano.


Suban ustedes a la Fiesta. Yo no subo todavía a esta fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido”.


Estas palabras las habló Yahoshúa mientras enseñaba en el Templo en el lugar de las ofrendas; pero nadie lo detuvo, porque todavía no le había llegado la hora.


“Sé que ustedes son descendientes de Avraham; sin embargo, procuran matarme, porque mi palabra no tiene cabida en ustedes.


Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Yahoshúa se ocultó y salió del Templo.


Tengo que hacer las obras del que me envió, mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.


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