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Juan 3:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

2 Éste vino a Yahoshúa de noche y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de Elohim como maestro; porque nadie puede hacer estos milagros que tú haces, a menos que Elohim esté con él”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Una noche, fue a hablar con Jesús: —Rabí —le dijo—, todos sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos. Las señales milagrosas que haces son la prueba de que Dios está contigo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Rabbí, sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Éste vino a Él de noche, y le dijo: Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que Tú haces, si no está Dios con Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Éste fue de noche a ver a Jesús y le dijo: ' Rabbí, nosotros lo sabemos: tú has venido de parte de Dios en calidad de maestro. Porque nadie puede hacer esas señales que tú haces, si Dios no está con él'.

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Juan 3:2
30 Referencias Cruzadas  

Entonces la mujer le dijo a Eliyahu: “¡Ahora reconozco que tú eres un hombre de Elohim y que la palabra de Yahweh está verdaderamente en tu boca!”


“Oiganme, ustedes que se ocupan de la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi Torah. No teman el insulto de los hombres, ni se atemoricen ante sus burlas.


Entonces el rey Tsidqiyahu le hizo un juramento en secreto a Yirmeyahu: “Por vida de Yahweh que nos ha dado vida, que no te daré muerte, ni te entregaré en mano de esos hombres que buscan tu vida”.


De modo que le enviaron unos discípulos de ellos, junto con los herodianos, a decirle: “Rabí, sabemos que eres un hombre sincero, y que enseñas el camino de Elohim con franqueza y que no te cuidas de nadie; porque no te fijas en la apariencia de la gente.


y que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘Rabí’.


Pero ustedes, no se hagan llamar Rabí; porque uno solo es su Rabí, y todos ustedes son hermanos.


Cuando llegaron le dijeron: “Rabí, sabemos que eres un hombre veraz y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Elohim. ¿Es lícito pagarle impuestos al César, o no? ¿Pagaremos o no pagaremos?”


Yahoshúa, al voltearse y ver que lo seguían, les preguntó: “¿Qué buscan?” Y ellos le dijeron: “Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives?”


Pero si las hago, aunque a mí no me crean, créanles a las obras; para que conozcan y crean que el Padre está en mí, y yo en el Padre”.


Pero a pesar de haber hecho tantos milagros delante de ellos, no creían en él;


¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que yo les hablo, no las hablo por mi propia cuenta; sino que el Padre que mora en mí hace sus obras.


“Si yo no hubiera hecho entre ellos obras como ningún otro las ha hecho, no tendrían pecado. Pero ahora las han visto, y aún así nos han aborrecido tanto a mí como a mi Padre.


Este, el primero de sus milagros, lo hizo Yahoshúa en Qanah del Galil, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.


Yahoshúa le dijo: “¡Miryam!” Ella se volvió y le dijo en hebreo: “¡Rabuní!” –que quiere decir Maestro.


Fueron a Yojanán y le dijeron: “Rabí, el que estaba contigo al otro lado del Yardén, de quien tú has dado testimonio, ¡mira, él está bautizando, y todos van a él!”


Mientras tanto, los discípulos le rogaban diciendo: “Rabí, come”.


“Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Yojanán; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las mismas obras que hago dan testimonio de mí, de que el Padre me ha enviado.


y lo seguía una gran multitud, porque veían los milagros que hacía en los enfermos.


Muchos del pueblo creyeron en él y decían: “Cuando venga el Mashíaj, ¿hará más milagros que los que ha hecho éste?”


Entonces algunos de los fariseos decían: “Este hombre no es de Elohim, porque no guarda el Shabat. Pero otros decían: “¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros?” Había una división entre ellos.


Me refiero a Yahoshúa de Natséret, al que Yahweh ungió con espíritu de santidad y con poder, y anduvo haciendo bienes por todas partes, y curando a todos los oprimidos por el Acusador, porque Elohim estaba con él.


“Varones yisraelitas, escuchen estas palabras: a Yahoshúa el Natsereno, un varón aprobado por Yahweh ante ustedes por medio de las obras poderosas y las maravillas y señales que hizo Yahweh entre ustedes por medio de él, como ustedes bien saben,


La mayoría de los hermanos, tomando ánimo en el Maestro por mis prisiones, se atreven mucho más a hablar la palabra sin temor.


De modo que Guidón tomó a diez de sus servidores e hizo como le había dicho Yahweh; pero como tenía miedo de hacerlo de día, por temor a la familia de su padre y a la gente del poblado, lo hizo de noche.


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