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Juan 3:16 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

16 “Porque de tal manera amó Elohim al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 »Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Porque tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que ninguno de los que creen en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

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Juan 3:16
28 Referencias Cruzadas  

Y le dijo: “No levantes la mano contra el muchacho, ni le hagas nada. Porque ya sé que respetas a Elohim, pues no me has negado a tu hijo único”.


Y dijo: “Toma a tu hijo único, a Yitsjaq, a quien amas, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí como ofrenda quemada en uno de los montes que te mostraré”.


(5) Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Y la autoridad descansará sobre sus hombros. Le pondrán por nombre: Péle-Yoéts 'El- Guibór Avi-Ad Sar-Shalóm Admirable Consejero, Poderoso Héroe, Padre Perpetuo, Príncipe de Paz


Así que vayan ustedes y aprendan qué significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’. Porque yo no he venido para llamar a justos, sino a pecadores”.


Todavía le quedaba alguien: un hijo amado; y a éste se lo envió por último, pensando: “A mi hijo lo respetarán”.


“¡Gloria a Elohim en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres de buena voluntad!”


Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como del unigénito del Padre, lleno de amor y verdad.


A Yahweh nadie lo ha visto jamás; el unigénito de Elohim,* que está en el regazo del Padre, él lo ha dado a conocer.


Al día siguiente, Yojanán vio a Yahoshúa que venía hacia él y dijo: “¡Este es el Cordero de Yahweh que quita el pecado del mundo!


Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.


para que todo el que crea en él tenga vida eterna.


El que cree en él no se condena; pero el que no cree ya se ha condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Yahweh.


El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Elohim permanece sobre él.


Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mire al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final”.


Pues si, cuando éramos enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Elohim, con mucha más razón, ya reconciliados, nos salvará su vida.


Pero Elohim demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Mashíaj murió por nosotros.


El que no eximió ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a darnos también con él todas las cosas?


Pero Elohim, que es rico en misericordia, a causa de su gran amor con que nos amó,


Y el mismo Maestro nuestro, Yahoshúa el Mashíaj, y nuestro Padre Yahweh, quien nos amó y de favor nos dio eterno consuelo y buena esperanza,


Pero cuando se manifestó la bondad de Yahweh nuestro Salvador y su amor por los hombres,


Sin embargo, vemos a Yahoshúa, quien fue hecho poco inferior a los mensajeros, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte, para que por el favor de Elohim la muerte que él probó resulte en beneficio de todos.


Miren qué gran amor nos ha dado el Padre: que se nos llama hijos de Elohim; y lo somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él.


Nosotros amamos, porque él nos amó primero.


y de parte de Yahoshúa el Mashíaj, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre,


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