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Juan 18:1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

1 Después de decir estas cosas, Yahoshúa salió con sus discípulos para el otro lado del arroyo de Kidrón, donde había un huerto; allí entró con sus discípulos.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Habiendo dicho Jesús estas cosas, salió con sus discípulos al otro lado del torrente de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró con sus discípulos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Después de decir esas cosas, Jesús cruzó el valle de Cedrón con sus discípulos y entró en un huerto de olivos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Cuando terminó de hablar, Jesús pasó con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había allí un huerto, y Jesús entró en él con sus discípulos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Después de decir estas cosas, Jesús salió con sus discípulos al otro lado del arroyo invernal de Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró Él y sus discípulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto, en el cual entró él con sus discípulos.

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Juan 18:1
25 Referencias Cruzadas  

Yahweh Elohim tomó al hombre y lo colocó en el huerto de Eden para que lo cultivara y lo atendiera.


Por eso Yahweh Elohim lo expulsó del huerto de Eden, para que labrara el suelo de donde lo había sacado.


Todo el mundo lloraba en alta voz mientras pasaban las tropas. El rey cruzó el Valle del Qedrón, y todas las tropas cruzaron por el camino al desierto.


También depuso a su madre Maakhah del rango de reina madre, porque ella había hecho una abominable imagen de Asherá. Asá destruyó la abominable imagen y la quemó junto al Arroyo de Qidrón.


El día que salgas y cruces el arroyo de Qedrón, puedes estar seguro de que morirás; tu sangre recaerá sobre tu cabeza”.


También demolió los altares que los reyes de Yahudah habían hecho, que estaban en la azotea de la Sala de Ajaz, y los altares que Menasheh había hecho en los dos atrios de la Casa de Yahweh. Los eliminó de allí prontamente y arrojó su polvo en el arroyo de Qidrón.


Entonces el rey mandó al sumo sacerdote Jilqiyahu, a los sacerdotes de segundo rango y a los guardias de la puerta, que sacaran del Templo de Yahweh todos los objetos que se habían hecho para Báal, para Asherá y para todo el ejército del cielo. Los quemó fuera de Yerushalem en los campos del Qidrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel.


También sacó de la Casa de Yahweh la [imagen de] Asherá, fuera de Yerushalem, al arroyo de Qidrón; y la quemó en el arroyo de Qidrón. La redujo a polvo y arrojó su polvo sobre el cementerio del pueblo común.


También depuso a Maakhá, madre del rey Asá, del rango de reina madre, porque ella había hecho una abominable [imagen] de Asherah. Asá le destruyó la abominable [imagen], la desmenuzó y la quemó junto al arroyo de Qidrón.


Los sacerdotes entraron en la Casa de Yahweh para purificarla, y sacaron al atrio de la Casa de Yahweh toda la inmundicia que hallaron en el Templo de Yahweh; [allí] los lewitas las recibieron, para sacarlas afuera, al arroyo de Qidrón.


Se pusieron a quitar los altares que había en Yerushalem, y quitaron todos los altares de incienso y los echaron al arroyo de Qidrón.


Así que subí de noche por el arroyo y examiné la muralla, y, entrando de nuevo por la Puerta del Valle, regresé.


Y todo el Valle de los Cadáveres y de las Cenizas, y todos los campos hasta el Arroyo de Qidrón, hasta la esquina de la Puerta de los Caballos, al este, estará consagrado a Yahweh. Nunca más serán arrancados ni destruidos”.


Pártela en pedazos y vierte aceite sobre ella; es una ofrenda de comida.


Y después de cantar la Alabanza, salieron al Monte de los Olivos.


Entonces llegó Yahoshúa con ellos a un lugar que se llama Gat-Shemanim, y les dijo a los discípulos: “Siéntense aquí, en lo que yo voy allá a orar”.


Y después de cantar una alabanza, salieron al monte de los Olivos.


Llegaron al lugar que se llama Gat-Shemanim, y les dijo a sus discípulos: “Siéntense aquí, mientras yo oro”.


¡Levántense, vamos! Miren que se acerca el que me entrega”.


Pero es para que el mundo conozca que yo amo al Padre, y lo que el Padre me mandó, eso es lo que hago. Levántense, ¡Vámonos de aquí!


Uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Kefá le había cortado la oreja, le dijo: “¿No te vi yo en el huerto con él?”


Al llegar a nosotros, tomó el cinturón de Shaúl, se ató los pies y las manos, y dijo: “Esto dice el espíritu de santidad: Al hombre a quien pertenece este cinturón, lo atarán así los yahuditas en Yerushaláyim, y lo entregarán en manos de los gentiles”.


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