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Juan 12:40 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

40 “Él ha cegado los ojos de ellos y endureció su corazón, para que no vean con los ojos ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo los sane”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

40 Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan, y yo los sane.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

40 «El Señor les ha cegado los ojos y les ha endurecido el corazón, para que sus ojos no puedan ver y su corazón no pueda entender y ellos no puedan volver a mí para que yo los sane».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

40 Cegó sus ojos y endureció su corazón para que no vieran, ni comprendieran, ni se volvieran a mí: de hacerlo, yo los habría sanado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

40 Ha cegado los ojos de ellos, y endureció el corazón de ellos, Para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, y se conviertan, y los sane.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

40 Les he cegado los ojos, y les ha embrutecido el corazón, para que no vean con los ojos, ni entiendan con el corazón, ni se conviertan, y yo no los sane.

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Juan 12:40
44 Referencias Cruzadas  

“Yahweh preguntó: ‘¿Quién inducirá a Ajav, para que suba y caiga en Ramot de Guilad?’ Entonces uno respondía de una manera, y otro respondía de otra manera,


Él sana sus quebrantados corazones, y venda sus heridas.


Yo dije: “Yahweh, ten compasión de mí, sáname, que he pecado contra ti”.


Ten compasión de mí Yahweh, que estoy sin fuerzas; sáname, Yahweh, que me tiemblan los huesos.


Entonces Yahweh le dijo Mosheh: “Ve donde el Paroh. Porque yo he endurecido su corazón y los corazones de sus cortesanos, para poder desplegar estas señales mías entre ellos,


Mosheh y Aharón habían realizado todas estas maravillas delante del Paroh, pero Yahweh le había endurecido el corazón al Paroh para que no dejara salir a Yisrael de su tierra.


Y yo endureceré el corazón de los mitsritas para que entren tras ellos; y me cubriré de gloria por medio del Paroh y de todos sus guerreros, sus carros y sus jinetes.


Entonces endureceré el corazón del Paroh y él los perseguirá, para yo cubrirme de gloria por medio del Paroh y de todo su ejército; y los mitsritas sabrán que yo soy Yahweh”. Y así lo hicieron.


Yahweh endureció el corazón del Paroh rey de Mitsráyim, y se puso a perseguir a los yisraelitas. Cuando los yisraelitas iban saliendo desafiante y audazmente,


Y Yahweh le dijo a Mosheh. “Cuando regreses a Mitsráyim, encárgate de realizar delante del Paroh todas las maravillas que he puesto en tu poder. Yo, sin embargo, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo.


No obstante, el corazón del Paroh se endureció y no les hizo caso, como había dicho Yahweh.


Pero yo endureceré el corazón del Paroh, para multiplicar mis señales y maravillas en la tierra de Mitsráyim.


Pero Yahweh endureció el corazón del Paroh, y no les hizo caso, tal como Yahweh le había dicho a Mosheh.


Oh Yahweh, ellos no ven tu mano levantada. Que se avergüencen al ver tu celo por tu pueblo y que el fuego consume a tus adversarios.


Porque Yahweh ha echado sobre ustedes un espíritu de sueño profundo, y ha cerrado sus ojos – a los profetas–; y ha cubierto sus cabezas –a los videntes–;


Pero él fue herido por nuestros pecados, molido por nuestras maldades. Llevó el castigo que nos restauró, y por sus heridas fuimos nosotros sanados.


Haz insensible la mente de este pueblo; ensordece sus oídos y ciega sus ojos –no sea que vea con sus ojos, y oiga con sus oídos, y entienda con su mente, y se arrepienta, y se salve.


Y dijo: “Ve y dile a ese pueblo: ‘Oigan bien, pero no entiendan; y miren bien, pero no comprendan’.


¡Vuelvan, hijos rebeldes, y los sanaré de sus aflicciones! ‘Aquí estamos, venimos a ti, porque tú, oh Yahweh, eres nuestro Elohim.


Oigan esto, pueblo insensato y sin entendimiento, que tienen ojos pero no ven; tienen oídos pero no oyen.


“Hijo de hombre, tú habitas en medio de una raza rebelde. Tienen ojos para ver pero no ven, y tienen oídos para oír pero no oyen, porque son una raza rebelde.


Y si un profeta es seducido y habla algo [al tal hombre], soy yo, Yahweh, el que ha habré seducido a tal profeta; extenderé mi mano sobre él y lo eliminaré de en medio de mi pueblo Yisrael.


[5] Yo sanaré su aflicción, generosamente los volveré a recibir en amor; porque mi ira se ha apartado de ellos.


“Vengan, volvamos a Yahweh: él atacó, y él puede curarnos; él hirió, y él puede vendarnos.


Déjenlos. Son ciegos guías de ciegos. Pero si el ciego guía al ciego, ambos caerán en el hoyo”.


para que viendo vean y no perciban, y oyendo oigan y no entiendan; de modo que no se conviertan y se les perdone”.


pues aún no habían entendido lo de los panes; más bien, sus corazones estaban endurecidos.


“El espíritu de Yahweh está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos


Y él dijo: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de Elohim; pero a los demás [les hablo] en parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.


Por eso no podían creer, porque Yeshayah dijo en otra ocasión:


Y Yahoshúa dijo: “Para juicio he venido a este mundo; para que vean los que no ven, y los que ven queden ciegos”.


Entonces los que habían sido enviados por la comunidad pasaban por Fenicia y Shomrón, contando de la conversión de los gentiles; y daban gran gozo a todos los hermanos.


Ve a este pueblo y diles: ‘De oído oirán y jamás entenderán; y viendo verán y nunca percibirán’.


Así que arrepiéntanse y conviértanse, para que queden borrados sus pecados, para que vengan tiempos de refrigerio de la presencia de Yahweh,


De manera que él tiene misericordia de quien quiera; pero endurece a quien quiera.


(Vin 29:3) Sin embargo hasta el día de hoy Yahweh no les ha dado una mente para entender ni ojos para ver ni oídos para oír.


Porque fue obra de Yahweh el endurecerles el corazón para que le dieran batalla a Yisrael, para que fueran proscritas sin cuartel y exterminadas, como le había mandado Yahweh a Mosheh.


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