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Juan 1:45 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

45 Felipe encontró a Netanel y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Mosheh en la Torah, y también los Profetas: a Yahoshúa el Natsereno, el hijo de Yosef.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

45 Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: —¡Hemos encontrado a aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

45 Felipe se encontró con Natanael y le dijo: 'Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.

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La Biblia Textual 3a Edicion

45 Felipe halla a Natanael y le dice: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

45 Felipe se encuentra con Natanael y le dice: 'Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret'.

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Juan 1:45
41 Referencias Cruzadas  

Todas las naciones de la tierra se bendecirán por medio de tu descendencia, porque tú has obedecido mi mandato”.


Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu linaje y el suyo; éste te golpeará la cabeza, y tú le herirás el talón”.


El cetro no se apartará de Yahudah, ni la vara de gobernante de entre sus pies; hasta que venga Shiloh, y el homenaje de los pueblos será suyo.


En aquel día, el retoño de Yahweh dará hermosura y gloria, y el esplendor del país [dará] dignidad y majestad a los sobrevivientes de Yisrael.


Porque ha crecido, por Su favor, como un retoño, como una raíz en tierra árida. No tiene forma ni belleza, para que lo miremos: ningún encanto para que lo hallemos agradable.


Ciertamente, el mismo Yahweh les dará una señal de su propia elección: Miren, la virgen ha concebido y va a dar a luz un hijo. Que le ponga el nombre de Imanuel.


(5) Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Y la autoridad descansará sobre sus hombros. Le pondrán por nombre: Péle-Yoéts 'El- Guibór Avi-Ad Sar-Shalóm Admirable Consejero, Poderoso Héroe, Padre Perpetuo, Príncipe de Paz


[5:1] Pero tú, Bet Léjem Efratah, la menor entre los clanes de Yahudah, de ti saldrá uno para gobernar a Yisrael por mí –uno cuyo origen es de antaño, de tiempos antiguos.


y dile: “Así dijo Yahweh de los Ejércitos: Mira, un hombre llamado el Retoño retollará del lugar donde está, y edificará el Templo de Yahweh.


¡Gózate grandemente, Hermosa Tsiyón; levanta un clamor, Hermosa Yerushalem! Mira, tu rey viene a ti. Viene victorioso, triunfante, sin embargo humilde, montado en un asno, en un burro parido por un asna.


Felipe y Bar-Talmay, Tomá y Mattityah el publicano; Yaaqov hijo de Alfay, y Taday;


¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre Miryam, y sus hermanos Yaaqov, Yosef, Shimón y Yahudah?


Al llegar, se estableció en la ciudad que se llama Natséret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que había de ser llamado natsarí.


Y las multitudes respondían: “Este es el profeta Yahoshúa, el de Natséret del Galil.


Cuando vio a Kefá calentándose, se fijó en él y le dijo: “Tú también estabas con Yahoshúa de Natséret”.


¿No es éste el carpintero, el hijo de Miryam y hermano de Yaaqov, de Yosef, de Yahudah y de Shimón? ¿No están también sus hermanas aquí con nosotros?” Y se escandalizaban de él.


Y le dijeron que pasaba Yahoshúa el Natsereno.


Así que Yosef también subió desde el Galil, de la ciudad de Natséret, a Yahudah, a la ciudad de Dawid que se llama Bet Léjem, porque él era de la casa y de la familia de Dawid,


Cuando lo vieron, se maravillaron, y su madre le dijo: “Hijo, ¿por qué has hecho eso con nosotros? Mira, tu padre y yo te estábamos buscando con angustia”.


Y comenzando desde Mosheh y todos los Profetas, les interpretaba en todas las Escrituras lo que decían de él.


Y les dijo: “Esto fue lo que les hablé, estando aún con ustedes: que era necesario que se cumplieran todas estas cosas que están escritas de mí en la Torah de Mosheh, en los Profetas y en las Alabanzas (los Salmos)”.


Yahoshúa tenía como treinta años cuando comenzó. Él era –según se creía– hijo de Yosef,


Todos daban testimonio de él y estaban maravillados de las palabras [llenas] de gracia que salían de su boca, y decían: “¿No es éste el hijo de Yosef?


Felipe era de Bet-Tsaidah, la ciudad de Andrés y de Kefá.


Ellos se acercaron a Felipe, que era de Bet-Tsaidah del Galil, y le rogaban: “Maestro, quisiéramos ver a Yahoshúa”.


Felipe le dijo: “Maestro, muéstranos al Padre, y nos basta”.


Le contestaron: “A Yahoshúa el Natsereno”. Yahoshúa les dijo: “Soy yo”. Estaba también con ellos Yahudah, el que lo entregaba.


Y él les preguntó de nuevo: “¿A quién buscan?” Ellos dijeron: “A Yahoshúa el Natsereno”.


Pilato escribió y puso sobre el madero un letrero en el cual estaba escrito: YAHOSHÚA EL NETSARÍ, REY DE LOS YAHUDITAS.


Estaban juntos Shimón Kefá, Tomás el llamado Gemelo, Netanel que era de Qanah del Galil, los hijos de Zavday, y otros dos de sus discípulos.


Y decían: “¿Éste no es Yahoshúa, el hijo de Yosef? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: ‘He descendido del cielo’?


Cuando Yahoshúa alzó la vista y vio que se le acercaba una gran multitud, le dijo a Felipe: “¿De dónde compraremos pan para que coman éstos?”


Felipe le respondió: “Doscientos denarios de pan no bastan, para que cada uno de ellos reciba un poco”.


Me refiero a Yahoshúa de Natséret, al que Yahweh ungió con espíritu de santidad y con poder, y anduvo haciendo bienes por todas partes, y curando a todos los oprimidos por el Acusador, porque Elohim estaba con él.


“Varones yisraelitas, escuchen estas palabras: a Yahoshúa el Natsereno, un varón aprobado por Yahweh ante ustedes por medio de las obras poderosas y las maravillas y señales que hizo Yahweh entre ustedes por medio de él, como ustedes bien saben,


“Entonces yo respondí: ‘¿Quién eres, Maestro?’ Y me dijo: ‘Yo soy Yahoshúa el Netsarí, a quien tú persigues’.


“Pues yo, a la verdad, había pensado que era mi deber hacer muchas cosas contra el nombre de Yahoshúa el Netsarí.


Shimón entonces le dijo: “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj de Natséret, levántate y anda”.


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