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Juan 1:18 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

18 A Yahweh nadie lo ha visto jamás; el unigénito de Elohim,* que está en el regazo del Padre, él lo ha dado a conocer.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Nadie ha visto a Dios jamás, pero Dios-Hijo único nos lo dio a conocer; él está en el seno del Padre y nos lo dio a conocer.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Nadie ha visto jamás a Dios; el Unigénito Dios,° que está en el seno del Padre, Él lo reveló.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único, Dios, el que está en el seno del Padre, él es quien lo dio a conocer.

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Juan 1:18
41 Referencias Cruzadas  

Y ella llamó a Yahweh que le habló: “Tú eres 'El-Roí” el Poderoso ve, con lo cual quiso decir: “¡He seguido viendo después que él me vio!”


Cuando Yahweh acabó de hablar con Avraham, se retiró; y Avraham regresó a su lugar.


Hazle caso y obedécelo. No lo desafíes, que no perdonará las ofensas de ustedes, pues mi nombre está en él;


y vieron a Elohim de Yisrael: bajo sus pies había una semejanza de un pavimento de zafiro, como el mismo cielo en pureza.


yo estaba con él como confidente, una fuente de deleite cada día, gozándome delante de él todo el tiempo,


Como un pastor, apacienta su rebaño: reúne a los corderos en sus brazos y los lleva en su regazo; con cuidado conduce a las ovejas con crías.


Lámed A sus madres dicen: “¿Dónde están el trigo y el vino?”, mientras desfallecen como heridos en las calles de la ciudad, mientras se derraman sus vidas en el regazo de sus madres.


Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, y él contempla la apariencia de Yahweh. ¿Cómo pues no tuvieron reparos en hablar contra mi servidor Mosheh?”


“Todas las cosas me las ha entregado mi Padre. Nadie conoce bien al Hijo, sino el Padre. Nadie conoce bien al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.


Todas las cosas me las ha entregado mi Padre. Nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.


Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y vimos su gloria, una gloria como del unigénito del Padre, lleno de amor y verdad.


Estas cosas dijo Yeshayah porque vio su gloria y habló acerca de él.


Uno de sus discípulos, a quien Yahoshúa quería mucho, estaba a la mesa recostado junto a Yahoshúa.


Yahoshúa le dijo: “Tanto tiempo que he estado con ustedes, Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos el Padre’?


Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me has amado esté en ellos, y yo en ellos”.


“Yo les he dado a conocer tu nombre a los hombres que del mundo me diste. Eran tuyos, y me los diste; y han guardado tu palabra.


En verdad, en verdad te digo que hablamos de lo que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero ustedes no reciben nuestro testimonio.


No es que alguien haya visto al Padre, solamente aquel que proviene de Yahweh ha visto al Padre.


Pues el Elohim de este mundo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les ilumine el resplandor de la Buena Noticia gloriosa del Mashíaj, quien es la imagen de Elohim.


Yahweh les habló desde el fuego; ustedes oyeron el sonido de las palabras pero no percibieron ninguna forma –nada sino una voz.


Él es la imagen del Elohim invisible, el primogénito de toda la creación;


Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Elohim, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.


el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el dominio eterno. Amén.


Una vez, cuando Yahoshúa estaba cerca de Yerijó, alzó la vista y vio a un hombre parado delante de él, con la espada desenvainada en la mano. Yahoshúa se le acercó y le preguntó: “¿Eres uno de los nuestros o de nuestros enemigos?”


Nadie ha visto a Elohim jamás. Si nos amamos unos a otros, Elohim permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.


Si alguien dice: “Yo amo a Elohim” y odia a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Elohim a quien no ha visto.


En esto se mostró el amor de Elohim para con nosotros: en que Elohim envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.


Sin embargo, sabemos que el Hijo de Elohim está presente y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y mediante su hijo Yahoshúa el Mashíaj estamos en el verdadero. Este es el Elohim verdadero y la vida eterna.


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