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Josué 5:1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

1 Cuando todos los reyes de los emoritas al lado occidental del Yardén, y todos los reyes de los kenaanitas cerca del Mar, supieron que Yahweh había secado las aguas del Yardén en favor de los yisraelitas hasta que cruzaron, se les derritió el corazón, y no les quedó aliento por causa de los yisraelitas.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en ellos delante de los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Cuando todos los reyes amorreos al occidente del Jordán y todos los reyes cananeos que vivían a lo largo de la costa del mar Mediterráneo oyeron cómo el Señor había secado el río Jordán para que el pueblo de Israel pudiera cruzar, se desanimaron y quedaron paralizados de miedo a causa de los israelitas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Todos los amoreos que se encontraban al oeste del Jordán, así como los cananeos que estaban cerca del mar se enteraron que Yavé había dejado en seco el lecho del Jordán ante los israelitas, hasta que hubiéramos pasado. Perdieron entonces la valentía y les entró el pánico al acercarse los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Y sucedió que cuando todos los reyes amorreos que estaban al occidente, al otro lado del Jordán, y todos los reyes cananeos que estaban frente al mar, oyeron cómo YHVH había hecho secar las aguas del Jordán ante los hijos de Israel hasta que cruzamos,° desfalleció° su corazón y no hubo en ellos más aliento delante de los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Cuando todos los reyes amorreos del lado occidental del Jordán y todos los reyes cananeos de la costa marítima oyeron que Yahveh había secado las aguas del Jordán ante los israelitas hasta que éstos lo cruzaron, desmayó su corazón y se quedaron sin aliento ante los israelitas.

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Josué 5:1
32 Referencias Cruzadas  

Avram atravesó la tierra hasta el sitio de Shekhem, en la encina de Moreh. Los kenaanitas estaban entonces en la tierra.


Y ahora, yo te asigno una porción más que a tus hermanos, que le arrebaté a los emoritas con mi espada y mi arco”.


Entonces el rey llamó a los guibonitas y les habló. Los guibonitas no eran de estirpe yisraelita, sino un remanente de los emoritas, a los cuales los yisraelitas habían hecho juramento; y Shaúl había tratado de exterminarlos en su celo por el pueblo de Yisrael y de Yahudah.


los manjares de su mesa, las sillas de sus cortesanos, la presentación y las vestiduras de sus siervos, y su servicio de vino, y las ofrendas quemadas que presentaba en la Casa de Yahweh, se quedó sin aliento.


Cuando terminó esto, se acercaron a mí los oficiales y dijeron: “El pueblo de Yisrael, los sacerdotes y los lewitas no se han separado de los pueblos del país cuyas aborrecibles prácticas son como las de los kenaanitas, los jeteitas, los perezitas, los yebusitas, los amonitas, los Moavitas, los mitsrayitas y los emoritas.


–a Sijón, rey de los emoritas, a Og, rey de Bashán, y a toda la realeza de Kenaan–


Enviaré avispas delante de ti, y arrojarán de tu presencia a los jiwitas, los kenaanitas, y los jititas.


Las costas ven y temen, los confines de la tierra tiemblan. Se congregan y acuden;


y dile que así ha dicho Adonay Yahweh a Yerushalem: ‘En cuanto a tu origen y a tu nacimiento, eres de la tierra de los kenaanitas; tu padre fue un emorita y tu madre una jetita.


(12) Y cuando te digan: ‘¿Por qué gimes?’, diles: ‘Por la noticia que viene, porque todo corazón desfallecerá y todas las manos se debilitarán. Todo espíritu desmayará, y todas las rodillas se escurrirán como agua. ¡Por ahí viene, y va a suceder!’”, dice Adonay Yahweh.


Entonces el rey cambió de colores, y sus pensamientos lo turbaron. Se le aflojaron las articulaciones de las caderas, y las rodillas se chocaban una contra otra.


¡Sin embargo yo había destruido delante de ellos al emorita, cuya estatura era como la de los cedros y eran robustos como la encina, destruyendo sus ramas arriba y su tronco abajo!


Los amaleqitas habitan en la región del Néguev; los jetitas, los Yevusitas, y los emoritas habitan la serranía; y los kenaanitas habitan junto al mar y a lo largo del Yardén”.


Los menashitas no pudieron desposeer a [los habitantes de] estos pueblos, y los kenaanitas permanecieron tercamente en esa región.


La serranía será tuya también; es verdad que es una tierra boscosa, pero tú podrás desmontarla y poseerla hasta sus más lejanos límites. Y también desposeerás a los kenaanitas, aunque tengan carros de hierro y aunque sean fuertes”.


Pero si les parece mal servirle a Yahweh, escojan hoy a quién van a servir si a las deidades a las que sirvieron sus padres al otro lado de Río, o las de los emoritas en cuya tierra están ustedes establecidos; pero yo y mi familia serviremos a Yahweh”.


las aguas que bajaban de arriba se amontonaron en un sólo embalse hasta una gran distancia, en Adam, el poblado cercano a Tsartán; y las que fluían corriente abajo hacia el Mar del Aravah, el Mar Salado, se vaciaron completamente. De modo que el pueblo cruzó cerca de Yerijó.


Los sacerdotes que llevaban el Arca de la Alianza de Yahweh estaban parados en tierra seca exactamente en el medio del Yardén, mientras todo Yisrael cruzaba por tierra seca, hasta que toda la nación terminó de pasar el Yardén.


Estando de pie, desde lejos por temor de su tormento, dirán: ‘¡Ay! ¡Ay de ti, gran ciudad, Bavel, ciudad poderosa; porque en una sola hora vino tu juicio!’


Después de la muerte de Yahoshúa, consultaron a Yahweh, y preguntaron: “¿Quién de nosotros será el primero en subir contra los kenaanitas y atacarlos?”


“Ahora, pues, Yahweh, el Elohim de Yisrael, desposeyó a los emoritas delante de su pueblo Yisrael; ¿y quieres tú poseer su tierra?


los cinco príncipes de los pelishtinos y todos los kenaanitas, los tsidonios, y los jiwitas que habitaban la serranía del Levanón desde el Monte Báal Jermón hasta Lebo Jamat.


Y Yahweh los entregó en manos del rey Yavín de Kenaan, que reinaba en Jatsor. Su comandante militar era Siserá, cuya base era Haróshet Goyim.


A la mañana siguiente, cuando Naval hubo dormido hasta despejar el vino, su esposa le dijo todo lo que había sucedido; y su valor murió con él, y se puso como una piedra.


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