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Josué 2:4 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

4 Sin embargo, la mujer había tomado a los hombres y los había escondido. Luego dijo: “Es verdad que los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

4 Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Rahab, quien había escondido a los dos hombres, respondió: «Es cierto, los hombres pasaron por aquí, pero yo no sabía de dónde venían.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Pero la mujer escondió a los hombres y respondió: 'Esos hombres que llegaron a mi casa'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Pero la mujer ya había tomado a los dos hombres y los había ocultado. Ella pues respondió: Verdad es que los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Pero la mujer tomó a los dos hombres, los escondió y dijo luego: 'Es cierto que han llegado a mi casa unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran.

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Josué 2:4
9 Referencias Cruzadas  

Luego Elishá les dijo: “Este no es el camino, ni ésta es la ciudad. Síganme, y yo los guiaré a donde está el hombre que ustedes buscan”. Entonces los guió a Shomrón.


Las comadronas le dijeron al Paroh: “Es que las mujeres hebreas no son como las mujeres mitsritas: son vigorosas. Antes de que la comadrona llegue donde ellas, ya ellas han dado a luz”.


De igual manera, ¿no fue justificada también la ramera Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?


El rey de Yerijó entonces le mandó a decir a Rajav: “Entrega a los hombres que vinieron a ti y entraron a tu casa, porque han venido a espiar todo el país”.


Y al oscurecer, cuando se iba a cerrar la puerta, los hombres salieron; y no sé a dónde se fueron esos hombres. Avancen, vayan tras ellos, que aún pueden alcanzarlos”.


La ciudad con todo lo que hay en ella debe ser proscrita para Yahweh; solamente a Rajav la ramera hay que perdonar, y a todos los que estén con ella en su casa, porque ella escondió a los mensajeros que enviamos.


Solamente Rajav la ramera y la familia de su padre fueron perdonados por Yahoshúa, junto con todo lo que le pertenecía a ella, y ella habitó entre los yisraelitas como es todavía el caso. Porque ella había escondido a los mensajeros que Yahoshúa envió a espiar a Yerijó.


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