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Jonás 1:5 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

5 En su miedo, los marineros clamaron, cada cual a su propia deidad; y arrojaron por la borda la carga del barco para hacerlo más liviano para ellos. Yonah, mientras tanto, había bajado a la bodega de la nave donde se acostó y se quedó dormido.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

5 Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Temiendo por sus vidas, los desesperados marineros pedían ayuda a sus dioses y lanzaban la carga por la borda para aligerar el barco. Todo esto sucedía mientras Jonás dormía profundamente en la bodega del barco,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Los marineros tuvieron miedo y cada uno invocaba a su Dios. Después echaron la carga del barco al mar para sacarle peso. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco para tomar descanso, y dormía profundamente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Temieron los marineros, y cada cual clamaba a su dios, y echaron la carga al mar para aligerar la nave. Entre tanto, Jonás había bajado al fondo de la nave, y habiéndose acostado, dormía profundamente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Los marineros se asustaron y cada uno invocaba a su dios, mientras arrojaban al mar el cargamento de la embarcación, a fin de aligerarla. Jonás, entre tanto, había bajado a la bodega de la nave y dormía profundamente.

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Jonás 1:5
22 Referencias Cruzadas  

Ellos tomaron el toro que se les dio, lo prepararon, e invocaron a Báal por nombre desde la mañana hasta el mediodía, gritando: “¡Oh Báal, respóndenos!” Pero no hubo voz, ni nadie que respondiera. Así que ellos realizaron una danza de saltos junto al altar que habían erigido.


El Satán le respondió a Yahweh: “Piel por piel —todo lo que el hombre tenga lo dará por su vida.


Por Su palabra levantó una tempestad de viento que hace encresparse las olas.


fuego y granizo, nieve y humo, viento tempestuoso que ejecuta su mandato,


tiempo de buscar y tiempo de perder; tiempo de guardar y tiempo de desechar;


“¡Vengan, reúnanse, acérquense, los sobrevivientes de entre las naciones! No tenían conocimiento previo los que cargan sus imágenes de madera y le oran a una deidad que no puede dar éxito.


Y ¿dónde están esos elohim que te hiciste? ¡Que se levanten y te libren, si pueden, en la hora de tu calamidad! Porque tus elohim, oh Yahudah, han venido a ser tantos como tus ciudades.


Pero no clamaron a mí sinceramente al postrarse en lamento. Se reunen para esperar grano nuevo y vino nuevo, son infieles a mí.


Entonces clamaron a Yahweh: “Por favor, Yahweh, no nos dejes perecer por culpa de la vida de este hombre. ¡No nos tengas por culpables de matar a una persona inocente! Porque tú, oh Yahweh, por tu voluntad, has producido esto”.


Los hombres sintieron un gran respeto por Yahweh; ofrecieron sacrificios a Yahweh e hicieron votos.


El capitán fue donde él y gritó: “¿Cómo puedes estar durmiendo tan tranquilamente? ¡Arriba, invoca a tu elohim! Tal vez ha'Elohim sea bondadoso con nosotros y no perezcamos”.


Y como el novio tardaba, todas cabecearon y se quedaron dormidas.


Cuando volvió otra vez, los halló durmiendo, porque ellos tenían los ojos cargados [de sueño].


Luego volvió donde sus discípulos y les dijo: “¡Qué momento para dormir y descansar! Miren, se acerca la hora, y al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los pecadores.


Luego, satisfechos de la comida, aligeraron la nave echando el trigo al mar.


Ella lo puso a dormir sobre sus piernas. Entonces mandó entrar a un hombre para que le cortara los siete mechones de su cabeza; así lo debilitó y lo dejó indefenso: sus fuerzas se le fueron.


(4) y por ese camino llegó a unos corrales de ovejas. Había una cueva allí, y Shaúl entró a hacer una necesidad. En eso Dawid y sus hombres estaban sentados en la parte de atrás de la cueva.


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