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Jeremías 5:3 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

3 Oh Yahweh, tus ojos buscan la integridad. Tú los azotaste, pero no sintieron dolor; los consumiste, pero no quisieron recibir disciplina. Se pusieron más cariduros que la piedra, rehusaron volver.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 Oh Jehová, ¿no miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron convertirse.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Señor, tú estás buscando la honradez. Golpeaste a tu pueblo, pero no prestó atención. Los has aplastado, pero se negaron a ser corregidos. Son tercos, de caras duras como piedra; rehusaron arrepentirse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Les has herido, pero no han sentido; los has aplastado, pero no han querido aprender la lección. Han endurecido su frente como una roca y se han negado a convertirse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 ¡Oh YHVH!, ¿acaso tus ojos no buscan° la verdad? Los castigaste, pero no se dolieron,° Los consumiste, pero se negaron a recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehúsan volverse a ti.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Yahveh, ¿no buscan tus ojos la verdad? Los has golpeado y no se han dolido; los has consumido, y no quisieron aprender la lección. Tienen la cara más dura que una piedra, no quieren convertirse.

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Jeremías 5:3
45 Referencias Cruzadas  

Al día siguiente, la mayor le dijo a la menor: “Mira, me acosté con Papá anoche; hagámoslo beber vino otra vez esta noche, para que vayas y te acuestes con él, para que preservemos la vida mediante nuestro padre”.


Aún después de este incidente, Yarovam no se apartó de su mal camino, sino que volvió a designar sacerdotes de entre la gente común para los lugares altos. Ordenaba como sacerdote para los lugares altos a cualquiera que así lo deseara.


Entonces volvió a enviar un tercer jefe de cincuenta con sus cincuenta. El tercer jefe de cincuenta subió a la cumbre, se arrodilló ante Eliyahu y le imploró diciendo: “¡Hombre de ha'Elohim, por favor, ten consideración de mi vida y la vida de estos cincuenta siervos tuyos!


Porque los ojos de Yahweh recorren toda la tierra para darles apoyo a los que están de todo corazón con él. Tú has actuado neciamente en este asunto, y de ahora en adelante habrá guerras contra ti”.


En su tiempo de angustia, el rey Ajaz transgredió aún más contra Yahweh,


Mira que tú te deleitas en la sinceridad del corazón, y en mi interior me inculcas sabiduría.


Hazme oír noticias de gozo y alegría; que se regocijen los huesos que has quebrado.


Él perjudica a sus amigos; no cumple su compromiso;


El malvado tiene cara dura; el recto discierne su proceder.


Los ojos de Yahweh vigilan al sabio; él subvierte las palabras de los traicioneros.


“Me golpearon, pero no sentí nada; me pegaron, pero no me di cuenta; tan pronto me levante, volveré a buscarlo”.


Aun si apilas al necio en pilón con la maceta junto con el grano, su necedad nunca se le saldrá.


Oh Yahweh, ellos no ven tu mano levantada. Que se avergüencen al ver tu celo por tu pueblo y que el fuego consume a tus adversarios.


Por tanto él derramó ira sobre ellos, su enojo y la furia de la guerra. Ardió todo alrededor de ellos, pero no hicieron caso; se encendió entre ellos, pero no lo tuvieron en cuenta.


Porque sé cuán empecinado eres –tu cuello es como un tendón de hierro, y tu frente de bronce–,


asuke (12) Porque el pueblo no se ha vuelto a quien lo golpeó y no han buscado a Yahweh de los Ejércitos.


Los esparciré como con un aventador por los asentamientos de la tierra. Los privaré de hijos, destruiré a mi pueblo, porque no se volvieron de sus caminos.


–Pero ellos no escucharon ni inclinaron su oído; se hicieron testarudos y no hicieron caso ni aceptaron disciplina–.


“Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus aldeas todo el desastre que decreté contra ella; porque se han vuelto testarudos y no han querido hacer caso a mis palabras”.


En vano he azotado a sus hijos; ellos no quisieron aceptar corrección. La espada de ustedes ha devorado a sus profetas como un león fiero.


Y cuando se detuvieron los aguaceros, y no vinieron las lluvias tardías, tú tuviste el descaro de una mujer de la calle, no quisiste avergonzarte.


Grande eres en designios y magnífico en hechos, pues tus ojos observan todos los caminos de los hombres, para dar a cada uno según sus caminos y con el propio fruto de sus obras.


Así ha dicho Yahweh de los Ejércitos, el Elohim de Yisrael: Ve y di a los hombres de Yahudah y a los habitantes de Yerushalem: “Ustedes pueden aprender una lección [aquí] en cuanto a obedecer mis mandamientos –declara Yahweh.


Hasta el día de hoy nadie se ha humillado, ni ha mostrado respeto. Ustedes no han seguido la Torah y las leyes que puse delante de ustedes y delante de sus padres.


no me escucharon ni me prestaron atención. Se hicieron testarudos, actuaron peor que sus padres.


Luego diles: Esta es la nación que no obedeció a Yahweh su Elohim, que no aceptó corrección. La fidelidad se ha perdido; ha desaparecido de sus bocas.


¿Por qué es rebelde este pueblo –Yerushalem– con persistente rebeldía? Se aferran al engaño; rehusan volver.


porque los hijos son de rostro endurecido y de corazón empecinado. Yo te envío a ellos, y les dirás: ‘Así ha dicho Adonay Yahweh’,


En tu inmundicia hay infamia, por cuanto te quise purificar, pero no estás purificada de tu inmundicia. No volverás a ser purificada, hasta que yo haya asentado mi ira sobre ti.


Como está escrito en la ley de Mosheh, toda esta calamidad nos ha sobrevenido, y no hemos implorado el favor de Yahweh nuestro Elohim, volviéndonos de nuestras maldades y prestando atención a tu verdad.


Y si estas cosas no logran disciplinármelos, y ustedes permanecen hostiles hacia mí,


Envié contra ustedes pestilencia a la manera de Mitsráyim; maté a sus jóvenes con la espada, juntos con sus caballos capturados, e hice que el hedor de sus ejércitos subiera a sus propias narices. Sin embargo ustedes no volvieron a mí –declara Yahweh.


Traje destrucción entre ustedes como cuando el Elohim destruyó a Sedom y Amorah; ustedes vinieron a ser como leña salvada del fuego. Sin embargo ustedes no volvieron a mí –declara Yahweh.


Yo, por mi parte, les he dado barrigas vacías en todos sus poblados, y falta de alimento en todos sus establecimientos. Sin embargo ustedes no volvieron a mí –declara Yahweh.


Así dos o tres poblados iban a otro poblado a beber agua, pero no les apagaba la sed. Sin embargo ustedes no volvieron a mí –declara Yahweh.


Los quemé con abrasamiento y enmohecimiento; repetidamente sus huertos y sus viñedos, sus higuerales y sus olivares fueron devorados por la langostas. Sin embargo ustedes no volvieron a mí –declara Yahweh.


Y creí que ella me respetaría, que aprendería una lección, y que el castigo que traje sobre ellos no sería en vano. Pero, con mayor empeño aún han practicado corrupción en todas sus obras.


Y sabemos que el juicio de Elohim cae con razón contra los que practican tales cosas.


Además, teníamos a nuestros padres carnales que nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No obedeceremos con mayor razón al Padre espiritual para que vivamos?


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