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Jeremías 3:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

2 Alza tu vista a los cerros y mira: ¿En qué lugar no se han acostado contigo? Tú los esperabas a la orilla de los caminos, como un bandido en el desierto. Y contaminaste el país con tus prostituciones y tu maldad.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Alza tus ojos a las alturas, y ve en qué lugar no te hayas prostituido. Junto a los caminos te sentabas para ellos como árabe en el desierto, y con tus fornicaciones y con tu maldad has contaminado la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Fíjate en los santuarios que hay en cada cumbre. ¿Hay algún lugar que no haya sido profanado por tu adulterio con otros dioses? Te sientas junto al camino como una prostituta en espera de un cliente. Te sientas sola, como un nómada en el desierto. Contaminaste la tierra con tu prostitución y tu perversidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Alza los ojos hacia los cerros y mira: no hay lugar en que no te hayas prostituido. Junto al camino te sentabas para esperar, como la mujer árabe en el desierto, y manchaste tu país con tus prostituciones y tus crímenes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Alza tus ojos a los cerros desolados y mira: ¿Dónde no has sido gozada?° Como un beduino° en el desierto, Te sientas en los caminos, a su disposición, Y tus infames fornicaciones° han mancillado la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Alza tus ojos a los altos y mira: ¿Dónde no te has dejado violar? A la vera de los caminos te sentabas, esperándolos, como el árabe en el desierto, y has profanado el país con tus prostituciones y tu maldad.

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Jeremías 3:2
22 Referencias Cruzadas  

Entonces ella se quitó su ropa de viuda, se cubrió la cara con un velo, y, envolviéndose en tela, se sentó a la entrada de Enáyim, que queda en el camino a Timnah; porque ella veía que Shelá estaba grande, y sin embargo no se la habían dado como esposa.


Tuvo setecientas esposas reales y trescientas concubinas; y sus esposas hicieron que se desviara su corazón.


Profanó los lugares altos que estaban al este de Yerushalem, al sur del Monte de la Destrucción, los cuales había edificado Shelomoh, rey de Yisrael, para Ashtóret, la abominación de los tsidonios; para Kemosh, la abominación de Moav; y para Mólekh, el ídolo abominable de los amonitas.


Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos e hijas, a quienes sacrificaron para los ídolos de Kenaan; de modo que la tierra se contaminó con culpa de sangre.


Ella también yace al asecho como por presa, y destruye a los infieles entre los hombres.


Ella es inquieta y caprichosa; no para en su casa.


Sobre todos los cerros del desierto han venido los desoladores. Porque la espada de Yahweh devora desde un extremo del país hasta el otro; ningún mortal está seguro.


Porque desde hace mucho quebraste tu yugo, rompiste tus coyundas, y dijiste: ‘¡No trabajaré!’ Sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso te echabas como ramera.


¿Cómo puedes decir: ‘No estoy contaminada; nunca anduve tras los Baales’? Mira tu proceder en el Valle; considera lo que has hecho, como camella en celo, que corre inquieta de un lado para otro,


Yo los traje a este país de suelo cultivable para que disfrutaran de su fruto y de su abundancia. Pero ustedes vinieron y contaminaron mi tierra, hicieron aborrecible mi heredad.


[Me llegó la palabra de Yahweh] como sigue: “Si un hombre se divorcia de su esposa, y ella se aparta de él y se casa con otro hombre, ¿podrá él después volver con ella? ¿No quedaría la tal tierra profanada? Ahora tú te has prostituido con muchos amantes; ¿puedes volver a mí? –dice Yahweh.


Sólo reconoce tu pecado, porque has transgredido contra Yahweh tu Elohim, has repartido tus favores a los extraños bajo todo árbol frondoso y no me has hecho caso –declara Yahweh.


¡Oigan! Se oye en los cerros el llanto suplicante del pueblo de Yisrael, porque han ido por un camino torcido, ignorando a Yahweh su Elohim.


Ciertamente, el país se contaminó por su inmoralidad casual, cuando ella cometió adulterio con la piedra y con el árbol.


“Corta tu cabellera y arrójala. Prorrumpe en lamento sobre los cerros, pues Yahweh ha rechazado y ha arrojado a la generación que provocó su ira.


Tomaste algunos de tus vestidos y te hiciste altares de vivos colores, y sobre ellos fornicaste. ¡Cosa semejante no ha sucedido ni volverá a suceder!


Los llevé a la tierra con respecto a la cual yo había alzado mi mano jurándoles que les habría de dar, pero ellos vieron toda colina alta y todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas y presentaron sus ofrendas que me indignan. Allí pusieron también su grato olor y allí derramaron sus libaciones.


[7] porque su madre ha practicado prostitución, la que los concibió ha actuado desvergonzadamente –porque pensó: ‘Me iré tras mis amantes, que me suplen mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida’.


Y en la Fosa, estando en tormentos, alzó sus ojos y vio de lejos a Avraham, y a Elazar en su regazo.


Ustedes deben destruir todos los lugares en los que las naciones que van a desposeer adoraban a sus deidades, sea en elevados montes o en colinas o bajo cualquier árbol hermoso.


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