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Génesis 26:8 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

8 Cuando pasó algún tiempo, Avimélekh, rey de los pelishtinos, mirando por la ventana, vio a Yitsjaq acariciando a su esposa Rivqah.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

8 Sucedió que después que él estuvo allí muchos días, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 pero tiempo después, Abimelec, rey de los filisteos, miró por la ventana y vio a Isaac acariciando a Rebeca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Llevaba ya bastante tiempo allí, cuando Abimelec, rey de los filisteos, mirando por una ventana, sorprendió a Isaac acariciando a Rebeca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pasado allí bastante tiempo, Abimelec, rey de los filisteos, mirando por la ventana vio a Isaac, y he aquí acariciaba° a Rebeca, su mujer.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Llevaba ya Isaac largo tiempo allí cuando un día Abimélec, rey de los filisteos, se asomó a la ventana y vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer.

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Génesis 26:8
8 Referencias Cruzadas  

Cuando los hombres del lugar le preguntaron acerca de su esposa, él dijo: “Ella es mi hermana”, porque tenía miedo de decir que era su esposa, pensando, “Los hombres del lugar podrían matarme por causa de Rivqah, porque es hermosa”.


Avimélekh mandó buscar a Yitsjaq y le dijo: “¡Así que ella es tu esposa! ¿Por qué entonces dijiste que era tu hermana?” Yitsjaq le dijo: “Porque pensé que podía perder mi vida por causa de ella”.


Desde la ventana de mi casa, a través de mi persiana, miré hacia afuera


Goza de la vida, con la mujer que amas, todos los días de tu vana vida, que Elohim te ha dado debajo del sol todos los días de tu vanidad, porque ésta es la porción de tu vida y del duro trabajo con que te afanas debajo del sol.


Mi amado es como un venado o un cervatillo. ¡Miren! Está detrás de nuestra cerca, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías.


Pues como el joven se desposa con la virgen, así te desposarán tus hijos; y como el novio se regocija por su novia, así se regocijará tu Elohim por ti.


Por la ventana asechaba la madre de Siserá, tras las celosías sollozaba: “¿Por qué tarda tanto en venir su carro? ¿Por qué se dilata el ruido de sus ruedas?”


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