Elohim estaba con el muchacho y este creció; habitó en los desiertos y se hizo arquero.
Y Dios estaba con el muchacho; y creció, y habitó en el desierto, y fue tirador de arco.
El muchacho creció en el desierto, y Dios estaba con él. Llegó a ser un hábil arquero,
Dios asistió al niño, que creció y vivió en el desierto, llegando a ser un experto tirador de arco.
Y estuvo ’Elohim con el muchacho, el cual creció y habitó en el desierto y fue tirador de arco.
Y Dios protegió al chico, que creció, habitó en el desierto y llegó a ser tirador de arco.