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Éxodo 16:3 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

3 Los yisraelitas les dijeron: “¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahweh en la tierra de Mitsráyim, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos! Porque ustedes nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta congregación”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

3 y les decían los hijos de Israel: Ojalá hubiéramos muerto por mano de Jehová en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos; pues nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «¡Si tan solo el Señor nos hubiera matado en Egipto! —protestaban—. Allá nos sentábamos junto a las ollas llenas de carne y comíamos todo el pan que se nos antojaba; pero ahora tú nos has traído a este desierto para matarnos de hambre».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Les decían: '¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir en Egipto! Allí nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia. Ustedes, en cambio, nos han traído a este desierto en que todo ese gentío morirá de hambre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y les decían los hijos de Israel: ¡Ojalá hubiéramos muerto por mano de YHVH en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne, cuando comíamos pan a saciedad! ¡Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta multitud!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Los israelitas les decían: '¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos en torno a las ollas de carne y comíamos pan en abundancia! ¡Nos habéis traído a este desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre!'.

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Éxodo 16:3
32 Referencias Cruzadas  

El rey se estremeció. Subió a la sala que estaba encima de la puerta y lloró, diciendo mientras subía: “¡Hijo mío Avshalom! ¡Hijo mío, hijo mío Avshalom! ¡Si hubiera muerto yo en tu lugar, Avshalom, hijo mío, hijo mío!”


Más tarde, Iyov empezó a hablar y a maldecir el día de su nacimiento.


–porque no bloqueó el vientre de mi madre para esconder de mis ojos los problemas.


¿Por qué él le da luz al que sufre y vida al amargado de espíritu;


Hambrientos y sedientos, su ánimo desfallecía.


y hablaron contra Elohim diciendo: “¿Podrá Elohim ponernos una mesa en el desierto?


pan de héroes comió el hombre; les envió comida hasta que se saciaron.


Y le dijeron a Mosheh: “¿Por falta de sepulturas en Mitsráyim fue que nos trajiste a morir al desierto? ¿Qué es lo que nos has hecho, sacándonos de Mitsráyim?


Pero el pueblo padeció sed allí por [falta de] agua; y la gente se quejaba contra Mosheh y decía: “¿Para qué nos hiciste salir de Mitsráyim? ¿Para matarnos de sed a nosotros y a nuestros hijos y a nuestros animales?”


Mucho tiempo después, murió el rey de Mitsráyim. Los yisraelitas gemían bajo la esclavitud y clamaban; y su clamor por liberación de la esclavitud subió hasta ha’Elohim.


y les dijeron: “Que Yahweh los mire y los castigue por hacernos despreciables para el Paroh y sus cortesanos –poniendo una espada en sus manos para que nos destruyan”.


Nunca se preguntaron: “¿Dónde está Yahweh, que nos hizo subir de la tierra de Mitsráyim, que nos condujo por el desierto, por una tierra árida y de hoyos, por una tierra reseca y oscura, una tierra por la cual ningún hombre había viajado, ni había habitado ningún ser humano?


si ustedes dicen: ‘No, nosotros nos iremos a la tierra de Mitsráyim, donde no veamos guerra ni oigamos el sonido de el shofar, ni pasemos hambre de pan, y allí habitaremos’,


Por el contrario, haremos todo lo que hemos prometido – para hacer ofrendas a la Reina del Cielo y para derramarle libaciones, como solíamos hacer, nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros oficiales, en las ciudades de Yahudah y en las calles de Yerushalem. Porque entonces teníamos mucho de comer, nos iba bien y no sufríamos calamidades.


Tet Mejor suerte tuvieron los muertos por la espada que los muertos por el hambre; porque éstos murieron poco a poco, atravesados por falta de los productos del campo.


Si me vas a tratar así; mejor mátame, te lo ruego, para no ver más mi calamidad!”


sino durante un mes completo, hasta que se les salga por las narices y le cojan asco. Porque ustedes han rechazado a Yahweh, que está entre ustedes, al llorar ante él y decir: “¿Para qué salimos de Mitsráyim?”


Todos los yisraelitas se quejaron contra Mosheh y Aharón; toda la comunidad les gritaba: “¡Si tan siquiera hubiéramos muerto en la tierra de Mitsráyim, o si hubiéramos muerto en este desierto.


¿Por qué Yahweh nos está llevando a esa tierra, para que caigamos a espada? ¡Nuestras esposas y nuestros hijos serán botín! ¡Sería mejor que regresáramos a Mitsráyim!


¿Te parece poco habernos sacado de una tierra que fluye leche y miel para hacernos morir en el desierto, para que también insistas en dominarnos?


(17:6) Al día siguiente toda la comunidad yisraelita murmuró contra Mosheh y Aharón, diciendo: “¡Ustedes dos han traído muerte sobre el pueblo de Yahweh!”


y el pueblo habló contra Elohim y contra Mosheh: “¿Por qué nos hiciste salir de Mitsráyim para morir en el desierto? No hay pan ni agua, y hemos llegado a aborrecer esta comida miserable”.


Y Shaúl dijo: “¡Quisiera Elohim que, por poco o por mucho, no solamente usted sino también todos los que hoy me escuchan se hicieran como yo, excepto por estas cadenas!”


¡Ya ustedes lo tienen todo; ya se enriquecieron; y han empezado a reinar! ¡Ojalá reinaran, para que nosotros reináramos también con ustedes!


¡Ojalá me toleraran ustedes un poco de locura! ¡De veras, tolérenme!


Por la mañana dirás: “¡Si llegara la tarde!” y por la tarde dirás: “¡Si llegara la mañana!” –a causa de lo que temerá tu corazón y de lo que verán tus ojos.


Él te sometió a la penalidad del hambre y después te dio a comer maná, que ni tú ni tus padres habían conocido jamás, para enseñarte que no sólo de pan vive el hombre, sino que el hombre vive de todo lo que sale de los labios de Yahweh.


Yahoshúa clamaba: “¡Ay Adonay Yahweh! ¿Por qué dirigiste este pueblo a cruzar el Yardén solamente para entregarnos en las manos de los emoritas, para que nos destruyan? ¡Si sólo nos hubiéramos conformado con quedarnos al otro lado del Yardén!


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