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Daniel 7:11 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

11 Entonces yo miraba, a causa del sonido de las palabras arrogantes que hablaba el cuerno. Miré hasta que mataron a la bestia, y destrozaron su cuerpo y lo entregaron a las llamas del fuego.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Yo seguí mirando porque podía oír las palabras arrogantes del cuerno pequeño. Seguí mirando hasta que mataron a la cuarta bestia y su cuerpo fue destruido por el fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Las palabras insolentes que habían sido pronunciadas por el cuerno habían sembrado un gran desorden. Mientras estaba mirando, mataron al animal, su cadáver fue destruido y arrojado al fuego ardiente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Yo miraba entonces a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno: miraba hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo destruido y entregado al fuego devorador.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Seguía yo observando, atraído por el estruendo de las palabras grandilocuentes que el cuerno decía; y, mientras yo miraba, vi que daban muerte a la bestia y que su cuerpo era despedazado y arrojado a las llamas.

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Daniel 7:11
14 Referencias Cruzadas  

Instalará sus carpas reales entre los mares, y en el glorioso monte santo. Entonces llegará a su fin y no tendrá quien le ayude.


También a las otras bestias les quitaron su dominio, pero se les prolongó la vida hasta un tiempo definido.


Mientras yo contemplaba los cuernos, vi que otro cuerno, uno pequeño, crecía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres de los cuernos anteriores. Y vi que en este cuerno había ojos, como ojos de hombre, y una boca que hablaba arrogancias.


Con su sagacidad hará prosperar en sus manos el engaño, y su corazón se engrandecerá. Por sorpresa destruirá a muchos. Contra el Sar sarím Príncipe supremo se levantará; pero será quebrantado, aunque no por mano humana.


Y entonces se manifestará el Sin-ley, a quien el Maestro Yahoshúa matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.


Porque hablando arrogantes palabras de vanidad, seducen con las pasiones sensuales de la carne a los que a penas se habían escapado de los que viven en el error.


Estos se quejan de todo y todo lo critican, andando según sus propios malos deseos. Su boca habla arrogancias, adulando a las personas para sacar provecho.


Por eso, en un solo día le sobrevendrán las plagas: muerte, llanto y hambre. Y la quemarán con fuego, porque fuerte es Yahweh, el Elohim que la juzga.


Y apresaron a la bestia, junto con el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con que había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y adoraban a su imagen. A los dos los lanzaron vivos al lago de fuego que ardía con azufre.


Y al Acusador que los engañaba lo lanzaron al lago de fuego y azufre, donde también estaban la bestia y el falso profeta, y los atormentarán día y noche por los siglos de los siglos.


Vi también a los muertos, grandes y pequeños, que estaban de pie delante del trono, y se abrieron los libros. Y se abrió otro libro, que es el libro de la vida. Y juzgaron a los muertos a base de de las cosas escritas en los libros, de acuerdo a sus obras.


Y vi tronos; y se sentaron sobre ellos, y se les concedió hacer juicio. Y vi vivos a los inmolados por causa del testimonio de Yahoshúa y por la palabra de Yahweh. Ellos no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni tampoco recibieron su marca en sus frentes ni en sus manos. Ellos volvieron a vivir y reinaron con el Mashíaj por mil años.


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