Apocalipsis 8:5 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011
5 Y el mensajero tomó el incensario, lo llenó con fuego del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y se produjeron truenos y estruendos y relámpagos y un terremoto.
5 Entonces el ángel llenó el recipiente para quemar incienso con fuego del altar y lo lanzó sobre la tierra; y hubo truenos con gran estruendo, relámpagos y un gran terremoto.
Él le dijo: “Sal afuera y ponte de pie en el monte, delante de Yahweh”. En eso Yahweh pasaba. Hubo un grande y poderoso viento que destrozaba las montañas y rompía las peñas delante de Yahweh, pero Yahweh no estaba en el viento. Después del viento hubo un terremoto, pero Yahweh no estaba en el terremoto.
Al tercer día, cuando amanecía, hubo truenos y relámpagos, y una nube densa sobre el monte, y un fuertísimo toque de cuerno; y todo el pueblo que estaba en el campamento tembló.
Porque Yahweh hará oír su majestuosa voz, y desplegará la rapidez de su brazo con furor de ira, con llama de fuego consumidor, con tempestad, aguacero y piedras de granizo.
“Afilen las flechas, llenen las aljabas. Yahweh ha despertado el espíritu de los reyes de Media; porque su plan contra Bavel es destruirla. Esta es la venganza de Yahweh, la venganza por su Templo.
y tomará un incensario lleno de brasas encendidas sacadas del altar delante de Yahweh, y dos puñados de incienso aromático finamente molido, y lo traerá detrás de la cortina.
y el Valle en las Colinas quedará obstruido, porque el Valle de las Colinas llegará hasta Atsel; quedará obstruido como quedó obstruido a causa del terremoto en los días del rey Uziyah de Yahudah –y vendrá a ustedes Yahweh mi Elohim, con todos los seres santos.
Entonces, de repente sobrevino un fuerte terremoto, de manera que los cimientos de la cárcel se sacudieron. Al instante, todas las puertas se abrieron, y las cadenas de todos se soltaron.
Después que ellos oraron, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y quedaron todos llenos del espíritu de santidad; y hablaron la palabra de Yahweh con valentía.
Y en aquella hora se produjo un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad. Murieron por el terremoto 7,000 hombres, y los demás estaban aterrorizados y dieron gloria al Elohim del cielo.
Y abrieron el templo de Yahweh que está en el cielo, y se hizo visible el arca de su pacto en su templo. Entonces estallaron relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.
Y otro mensajero vino y se puso de pie delante del altar. Tenía un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para que lo añadiera a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, que estaba delante del trono.