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Apocalipsis 18:2 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

2 Y proclamó con potente voz diciendo: “¡Ha caído, ha caído Bavel la grande! Se ha convertido en habitación de demonios, refugio de todo espíritu inmundo, y refugio de toda ave inmunda y aborrecible.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

2 Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Dio un fuerte grito: «¡Ha caído Babilonia, cayó esa gran ciudad! Se ha convertido en una casa para los demonios. Es una guarida para todo espíritu inmundo, un nido para todo buitre repugnante y una cueva para todo animal sucio y espantoso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Gritó con voz potente: '¡Cayó, cayó la Gran Babilonia! Se ha convertido en guarida de demonios, en refugio de espíritus inmundos, en nido de aves impuras y asquerosas;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y clamó con voz potente, diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia,° y se convirtió en morada de demonios y guarida de todo espíritu inmundo y encierro de toda ave inmunda y aborrecible!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Gritó con voz potente, diciendo: '¡Cayó, cayó Babilonia, la grande! Se ha convertido en morada de demonios, en guarida de toda clase de espíritus inmundos, en guarida de toda suerte de aves impuras y aborrecibles.

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Apocalipsis 18:2
26 Referencias Cruzadas  

y la convertiré en hogar de erizos, en pantanos. La barreré con la escoba de la exterminación’ –declara Yahweh de los Ejércitos.


Tú vas a profetizar contra ellos todas estas palabras y les dirás: “Yahweh ruge desde lo alto, hace oír su voz desde su santa morada; ruge enfurecido sobre su morada [terrestre]; emite un grito como el de los que pisan la uva, contra todos los habitantes de la tierra.


Bavel se convertirá en escombros, en morada de chacales, en objeto de horror y de rechifla, sin ningún habitante.


De repente ha caído Bavel y ha quedado destrozada; lamenten sobre ella; consigan bálsamo para sus heridas, quizás pueda curarse.


[4:16] Y Yahweh rugirá desde Tsiyón, gritará desde Yerushalem, para que tiemblen el cielo y la tierra. Pero Yahweh será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los hijos de Yisrael.


En ella se acostarán rebaños, toda especie de bestias, mientras pelícanos y búhos se posan en sus columnas, el búho grande se posa en la ventana, y el cuervo grazna en el umbral. Porque ha dejado al descubierto el maderaje de cedro.


Sus pies eran semejantes al bronce bruñido, ardiente como en un horno. Su voz era como el estruendo de muchas aguas.


y gritó a gran voz, como cuando ruge el león. Cuando gritó, los siete truenos emitieron sus voces.


Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente se llama Sedom y Mitsráyim, donde también ejecutaron en el madero al Maestro de ellos.


Y otro mensajero salió del templo, gritando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: “¡Mete tu hoz y cosecha! Porque ha llegado la hora de cosechar, pues el producto de la tierra está maduro”.


Y siguió un segundo mensajero, diciendo: “¡Ha caído, ha caído Bavel la grande! Todas las naciones habían bebido del vino de la furia de su inmoralidad”.


Vi salir de la boca del dragón y de la boca de la bestia y de la boca del falso profeta, tres espíritus impuros semejantes a ranas.


La gran ciudad se dividió en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron. Y se hizo memoria de la gran Bavel delante de Elohim, para darle a ella de la copa del vino del furor de su ira.


La mujer que has visto es la gran ciudad que tiene imperio sobre los reyes de la tierra”.


En su frente estaba escrito un nombre misterioso: “Bavel la grande, madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”.


Estando de pie, desde lejos por temor de su tormento, dirán: ‘¡Ay! ¡Ay de ti, gran ciudad, Bavel, ciudad poderosa; porque en una sola hora vino tu juicio!’


Y un mensajero poderoso tomó una piedra como una gran piedra de molino y la arrojó al mar diciendo: “Con una violencia así derribarán a Bavel la gran ciudad, y nunca jamás se hallará.


También vi a un mensajero poderoso que proclamaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el rollo y de desatar sus sellos?”


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