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Apocalipsis 10:1 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

1 Vi a otro mensajero poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube, y el arco iris estaba sobre su cabeza. Su rostro era como el sol, y sus piernas como columnas de fuego,

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

1 Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces vi a otro ángel poderoso que descendía del cielo envuelto en una nube con un arco iris sobre su cabeza. Su cara brillaba como el sol, y sus pies eran como columnas de fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vi después a otro ángel formidable que bajaba del cielo envuelto en una nube; el arco iris rodeaba su cabeza, su cara era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Vi a otro ángel fuerte, que descendía del cielo envuelto en una nube: el arco iris estaba sobre su cabeza, y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vi a otro ángel poderoso, que bajaba del cielo envuelto en una nube. Tenía sobre su cabeza el arcoiris; su rostro era como el sol y sus piernas como columnas de fuego.

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Apocalipsis 10:1
28 Referencias Cruzadas  

Él pone las vigas de sus alturas en las aguas, hace de las nubes su carroza, se mueve sobre las alas del viento.


Densas nubes y tinieblas hay a su alrededor, la justicia y el derecho son la base de su trono.


Y mientras Aharón le hablaba a toda la comunidad yisraelita, volvieron la mirada hacia el desierto, y allí, en una nube, apareció la Presencia de Yahweh.


Sus piernas son como columnas de mármol cimentadas sobre bases de oro. Su figura es como el Levanón, escogido como los cedros.


El Pronunciamiento de Mitsráyim. Montado en una nube veloz, Yahweh vendrá a Mitsráyim; los ídolos de Mitsráyim temblarán ante él, y el corazón de los mitsritas desfallecerá dentro de ellos.


Porque esto para mí es como las aguas de Nóaj: Como juré que las aguas de Nóaj nunca más inundarían la tierra, así he jurado que no me enojaré contigo ni te reprenderé.


Te cubriste de nube para que no pasara la oración.


Como el aspecto del arco iris que brilla en las nubes en un día de lluvia, así era el aspecto del resplandor alrededor. Este era el aspecto de la apariencia de la Presencia de Yahweh. Cuando la vi, caí postrado sobre mi rostro; y oí la voz de alguien que hablaba.


Su cuerpo era como crisólito, y su rostro como el aspecto del relámpago. Sus ojos eran como antorchas de fuego, y sus brazos y sus piernas como bronce pulido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.


Estaba yo mirando en las visiones de la noche, y vi que en las nubes del cielo venía alguien como un hijo del hombre. Llegó hasta el Anciano de Días, y lo presentaron delante de él.


Yahweh le dijo a Mosheh: Dile a tu hermano Aharón que no puede entrar cuando quiera al Santuario detrás de la cortina, frente a la cubierta que hay sobre el arca, no vaya a ser que muera; porque yo aparezco en la nube sobre la cubierta.


Allí se transfiguró delante de ellos; su cara resplandecía como el sol, y sus ropas se volvieron blancas como la luz.


“Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube, con poder y gran gloria.


En el camino a mediodía, oh rey, vi que desde el cielo una luz, más resplandeciente que el sol, alumbró alrededor de mí y de los que viajaban conmigo.


Miren que viene con las nubes, y todo ojo lo verá: aun los que lo traspasaron. Todas las tribus de la tierra se lamentarán a causa de él. ¡Sí, amén!


Después de estas cosas vi a otro mensajero que bajaba del cielo y que tenía gran autoridad, y la tierra se iluminó con su gloria.


Y un mensajero poderoso tomó una piedra como una gran piedra de molino y la arrojó al mar diciendo: “Con una violencia así derribarán a Bavel la gran ciudad, y nunca jamás se hallará.


Vi a un mensajero que bajaba del cielo y que tenía en su mano la llave del abismo y una gran cadena.


Y el que estaba sentado era semejante a una piedra de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante al aspecto de la esmeralda.


También vi a un mensajero poderoso que proclamaba a gran voz: “¿Quién es digno de abrir el rollo y de desatar sus sellos?”


Miré y oí volar un águila por en medio del cielo, diciendo a gran voz: “¡Ay, ay, ay de los que habitan en la tierra, por razón de los demás toques de trompeta que los tres mensajeros aún van a tocar!”


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