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2 Samuel 9:7 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

7 Dawid le dijo: “No tengas temor, que yo te mostraré bondad por amor a tu padre Yahonatán. Te devolveré todas las tierras de tu abuelo Shaúl; además, tú comerás siempre a mi mesa.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 —¡No tengas miedo! —le dijo David—, mi intención es mostrarte mi bondad por lo que le prometí a tu padre, Jonatán. Te daré todas las propiedades que pertenecían a tu abuelo Saúl, y comerás aquí conmigo, a la mesa del rey.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Entonces David le dijo: 'No temas, quiero tratarte con bondad debido a tu padre Jonatán. Te devolveré todas las tierras de Saúl tu abuelo, y todos los días comerás a mi mesa'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Entonces David le dijo: No temas, porque ciertamente haré contigo misericordia por amor a Jonatán tu padre, y te devolveré toda la tierra de Saúl tu padre,° y comerás siempre a mi mesa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 'No temas, le dijo David, porque quiero tratarte con benevolencia por amor a Jonatán, tu padre. Voy a restituirte todas las tierras de Saúl, tu abuelo, y comerás siempre a mi mesa'.

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2 Samuel 9:7
32 Referencias Cruzadas  

Pero los hombres estaban asustados porque los llevaron a la casa de Yosef. Pensaron: “Debe ser por el dinero que nos devolvieron en las bolsas la primera vez que nos han traído a la casa, como pretexto para atacarnos y tomarnos como esclavos, con nuestros animales de carga”.


Él respondió: “Todo está bien con ustedes; no tengan temor. Su Elohim, el Elohim de su padre, les debe haber puesto un tesoro en sus bolsas. Yo recibí el pago de ustedes”. Y les trajo a Shimón.


Yo te di la casa de tu amo y te entregué las mujeres de tu amo; y te di la Casa de Yisrael y de Yahudah; y si esto fuera poco, yo te añadiría el doble de eso.


Porque todos los miembros de la familia de mi padre merecían sólo la muerte delante de mi amo el rey; sin embargo, usted ha puesto a su servidor entre los que comen a su mesa. ¿Qué derecho tengo yo de volver a apelar a Su Majestad?”


El rey le dijo: “¿No tienes que hablar más del asunto? Yo decreto que tú y Tsivá se dividan la propiedad”.


El rey le dijo a Barzilay: “Cruza conmigo; yo te sustentaré junto a mí en Yerushalem”.


El rey le perdonó la vida a Mefivóshet hijo de Yahonatán, hijo de Shaúl, por el juramento ante Yahweh que había entre ellos, entre Dawid y Yahonatán hijo de Shaúl.


Dawid preguntó: “¿Hay todavía alguno que haya quedado de la casa de Shaúl a quien yo pueda mostrar bondad por amor a Yahonatán?”


Tú y tus hijos y tus esclavos labrarán la tierra para él y almacenarán [los productos] para proveerle al hijo de tu amo alimento para vivir; pero Mefivóshet, el nieto de tu amo, comerá siempre a mi mesa”. –Tsivá tenía quince hijos y veinte esclavos.–


Tsivá le respondió al rey: “Su servidor hará tal como mande mi amo el rey a su servidor. Mefivóshet comerá a mi mesa como uno de los hijos del rey”.


Mefivóshet vivía en Yerushalem, porque comía regularmente a la mesa del rey. Él era cojo de ambos pies.


El rey le preguntó: “¿Queda alguien de la casa de Shaúl a quien yo pueda mostrar bondad como juré delante de Elohim?” Tsivá respondió al rey: “Sí, aún queda un hijo de Yahonatán, lisiado de ambos pies”.


“Pero trata con benevolencia a los hijos de Barzilay el guiladita; que ellos estén entre los que comen a tu mesa, porque me trataron como amigo cuando yo iba huyendo de tu hermano Avshalom.


Le quitó la ropa de prisionero, y [Yahoyakhín] recibía raciones regulares de parte del rey siempre, todos los días de su vida.


Hasta mi aliado, en quien yo confiaba, el que comía de mi pan, me ha dado la patada.


Cambió su ropa de prisión, y Yahoyakhín comió regularmente en la presencia del rey por el resto de su vida.


Así dijo Yahweh de los Ejércitos: Administren verdadera justicia; traten con lealtad y compasión unos con otros.


El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.


para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para gobernar a las doce tribus de Yisrael.


Mira, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.


Sobre todo, ustedes deben respetar a Yahweh y servirle fielmente con todo su corazón; y considerar cuán grandiosamente ha tratado él con ustedes.


no descontinúes jamás tu fidelidad para con mi casa ni aún cuando Yahweh haya exterminado a cada uno de los enemigos de Dawid de la faz de la tierra.


Quédate conmigo; no tengas miedo; que cualquiera que busque tu vida tiene que buscar mi vida también. Yo me encargaré de protegerte”.


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