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2 Samuel 20:6 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

6 Y Dawid le dijo a Avishay: “Ahora Sheva hijo de Bikhrí nos causará más problemas que Avshalom. Así que toma tú a los servidores de tu amo y persíguelo, antes de que halle poblados fortificados y nos evada.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y dijo David a Abisai: Seba hijo de Bicri nos hará ahora más daño que Absalón; toma, pues, tú los siervos de tu señor, y ve tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas, y nos cause dificultad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Por eso David le dijo a Abisai: «Seba, hijo de Bicri, nos va a causar más daño que Absalón. Rápido, toma a mis tropas y persíguelo antes de que llegue a alguna ciudad fortificada donde no podamos alcanzarlo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Entonces el rey dijo a Abisaí: 'Sebá, hijo de Bicri, será pronto más peligroso para nosotros que Absalón. Sal al frente de la guardia de tu amo y persíguelo, porque si no podría apoderarse de alguna ciudad fortificada y escapársenos'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Por lo cual David dijo a Abisai: Seba ben Bicri nos hará ahora más daño que Absalón. Toma tú a los siervos de tu señor y ve tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos pierda de vista.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Entonces dijo David a Abisay: 'Seba, hijo de Bicrí, puede hacernos ahora más daño que Absalón. Toma, pues, los servidores de tu señor y sal en su persecución, no sea que alcance ciudades fortificadas y se nos escape'.

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2 Samuel 20:6
17 Referencias Cruzadas  

Y cuando los amonitas vieron que los aramitas habían huido, huyeron ante Avishay y entraron en la ciudad. Entonces Yoav detuvo el ataque contra a los amonitas, y volvió a Yerushalem.


Uriyah respondió a Dawid: “El Arca, Yisrael y Yahudah están en Sukot, y mi amo Yoav y los hombres de Su Majestad están acampados al aire libre; ¿cómo podría yo irme a mi casa para comer y beber y dormir con mi esposa? ¡Por vida suya, por su propia vida, que no haré tal cosa!”


Pero el hombre le respondió a Yoav: “Aunque yo recibiera en mi mano mil piezas de plata, no levantaría una mano contra el hijo del rey. Porque nosotros oímos cuando el rey les ordenó a ti, a Avishay y a Itay:“Cuídenme a mi muchacho Avshalom, por consideración a mí”.


Dawid envió a las tropas: una tercera parte al mando de Yoav, otra tercera parte al mando de Avishay, hijo de Tseruyah y hermano de Yoav, y la otra tercera parte al mando de Itay el guitita. Y el rey dijo a las tropas: “Yo mismo marcharé también con ustedes”.


Ahora, levántese, salga y aplaque a sus seguidores. Porque juro por Yahweh que si no usted sale, ni un solo hombre quedará con usted esta noche; y esto será para usted un desastre peor que cualquier desastre que le haya sobrevenido desde su juventud hasta ahora”.


Estaban allí los tres hijos de Tseruyah Yoav, Avishay y Asahel. Asahel era ligero de pies como una gacela en el campo.


Pero Avishay, hijo de Tseruyah, vino en su ayuda; atacó al pelishtino y lo mató. Fue entonces que los hombres de Dawid le hicieron un juramento diciendo: “No saldrás más con nosotros a la batalla, no sea que apagues la lámpara de Yisrael”.


Avishay, hermano de Yoav, hijo de Tseruyah, era el jefe de otros tres. Él blandió una vez su lanza contra trescientos y los mató, y ganó renombre entre los tres;


Yoav y su hermano Avishay habían matado a Avner, porque éste había matado a su hermano Asahel durante la batalla de Guivón.


Y ahora yo soy débil, aunque soy un rey ungido; esos hombres, los hijos de Tseruyah, son muy salvajes para mí. ¡Que Yahweh retribuya al malvado por su maldad!


el rey les dijo: “Tomen a mis soldados leales, y hagan montar a mi hijo Shelomoh sobre mi mula y háganlo bajar a Guijón.


Abshay, el hermano de Yoav, era jefe de otros tres. Él blandió una vez su lanza contra trescientos y los mató; y ganó renombre entre los tres;


Abshay hijo de Tseruyah derribó a Edom en el Valle de la Sal, 18,000 en total.


¿Por qué nos quedamos sentados? Reunámonos en las ciudades fortificadas y enfrentemos allí nuestra condena. Porque Yahweh nuestro Elohim nos ha condenado, nos ha hecho beber un trago amargo, porque hemos pecado contra Yahweh.


Si un reino se divide contra sí mismo, ese reino no puede permanecer.


Dawid tomó la palabra y le preguntó a Ajimélekh el jetita y a Avishay hijo de Tseruyah, hermano de Yoav: “¿Quién bajará conmigo al campamento donde Shaúl?” Y Avishay contestó: “Yo bajaré con usted”.


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