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2 Samuel 13:19 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

19 Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y desgarró su túnica de diversos colores que llevaba; se puso las manos sobre la cabeza, y se fue gritando.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

19 Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pero entonces, ella rasgó su túnica y echó ceniza sobre su cabeza y, cubriéndose la cara con las manos, se fue llorando.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Tamar se echó ceniza en la cabeza, rasgó su túnica con mangas y se puso una mano en la cabeza, luego partió lanzando gritos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Entonces Tamar echó ceniza sobre su cabeza, rasgó la túnica de amplias mangas que llevaba puesta, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Tamar se echó ceniza sobre la cabeza y rasgó su larga túnica de mangas, se cubrió la cabeza con las manos y se fue dando gritos.

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2 Samuel 13:19
10 Referencias Cruzadas  

Cuando Reubén regresó al hoyo y vio que Yosef no estaba en el hoyo, se desgarró la ropa.


Dawid agarró sus vestiduras y las desgarró, y lo mismo hicieron todos los hombres que estaban con él.


Al tercer día, vino un hombre del campamento de Shaúl, con su ropa desgarrada y tierra sobre su cabeza; y al acercarse a Dawid, se tiró al suelo y se postró.


Su hermano Avshalom le preguntó: “¿Fue tu hermano Amnón el que te hizo eso? Por el momento, hermana mía, guarda silencio acerca de esto; él es tu hermano. No tomes tan a pecho este asunto”. Y Tamar se quedó desolada en la casa de su hermano Avshalom.


Cuando Mordekhay se enteró de todo lo que había sucedido, Mordekhay desgarró sus vestiduras, se vistió de luto y de ceniza. Se fue por la ciudad gritando con fuerza y amargura,


Cuando lo vieron a la distancia, no podían reconocerlo, y rompieron a llorar fuertemente; cada uno desgarró sus ropas y arrojó polvo al aire sobre su cabeza.


Por eso, me retracto y me arrepiento, no siendo más que polvo y ceniza.


De allí también saldrás con las manos sobre la cabeza; porque Yahweh ha desechado a aquéllos en quienes confiabas, no prosperarás con ellos”.


Ante eso Yahoshúa se rasgó la ropa. Él y los ancianos de Yisrael estuvieron hasta la tarde con sus rostros sobre el suelo frente al Arca de Yahweh; y se echaban tierra sobre la cabeza.


Un binyaminita corrió del campo de batalla y llegó a Shiloh el mismo día; tenía la ropa rota y tierra en la cabeza.


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