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1 Samuel 7:6 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

6 Ellos se congregaron en Mitspah, y sacaron agua y la derramaron delante de Yahweh; ayunaron ese día, y allí confesaron que habían pecado contra Yahweh. Y Shemuel actuó como capitán de los yisraelitas en Mitspah.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

6 Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua, y la derramaron delante de Jehová, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra Jehová hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 De manera que se reunieron en Mizpa y, en una gran ceremonia, sacaron agua de un pozo y la derramaron delante del Señor. Asimismo no comieron durante todo el día y confesaron que habían pecado contra el Señor. (Fue en Mizpa donde Samuel se convirtió en juez de Israel).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Se reunieron en Mispá. Sacaron agua la que derramaron delante de Yavé, y ayunaron todo el día, porque reconocían que habían pecado contra Yavé. Y allí, en Mispá, Samuel actuó como jefe de los israelitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y se reunieron en Mizpa, y sacaron agua y la derramaron delante de YHVH, y ayunaron aquel día allí, y dijeron: ¡Hemos pecado contra YHVH! Y Samuel juzgó a los hijos de Israel en Mizpa.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Congregáronse, pues, en Mispá y sacaron agua, que derramaron delante de Yahveh; ayunaron aquel día y dijeron: 'Hemos pecado contra Yahveh'. Y Samuel administró justicia a los israelitas en Mispá.

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1 Samuel 7:6
47 Referencias Cruzadas  

y también Mitspah Vigilancia, porque dijo: “Que Yahweh vigile entre tú y yo, cuando nos alejemos el uno del otro.


Todos tenemos que morir; somos como el agua derramada en la tierra, que no se puede recoger. Elohim no le va quitar la vida a uno que hace planes para que nadie permanezca desterrado.


si ellos vuelven en sí en la tierra a donde los hayan llevado cautivos, y se arrepienten y te suplican en la tierra de sus captores, diciendo: ‘Hemos pecado; hemos actuado perversamente; hemos actuado impíamente’;


Entonces los tres irrumpieron en el campamento de los pelishtinos, y sacaron agua de la cisterna que estaba junto a la puerta de Bet Léjem, y se la llevaron a Dawid. Pero Dawid no la quiso beber, y la derramó como una libación a Yahweh, diciendo:


A Yahoshafat le dio miedo; decidió acudir a Yahweh y proclamó un ayuno para todo Yahudah.


“Los entregaste en mano de sus adversarios que los oprimieron. En el tiempo de su tribulación clamaron a ti, y tú los escuchaste desde el cielo, y en tu gran compasión les diste salvadores que los libraran de mano de sus adversarios.


Oh mis defensores, mis amigos, mis ojos derraman lágrimas ante Elohim,


Mi gemido me sirve de comida; mi quejido se derrama como agua.


Éste le dice a la gente: “Yo había pecado; había pervertido lo recto; pero no se me pagó por ello”.


Mira, yo soy insignificante; ¿qué te puedo responder? Me pongo la mano sobre la boca.


Por eso, me retracto y me arrepiento, no siendo más que polvo y ceniza.


Hemos pecado como nuestros padres; nos hemos descarriado, hemos hecho lo malo.


Mis ojos derraman torrentes de agua porque nadie Obedece tu Torah.


Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche; mientras todos los días me repiten: “¿Dónde está tu Elohim?”


Estoy cansado de gemir; todas las noches inundo de lágrimas mi cama, riego mi almohada con mi llanto.


Pueblo suyo, confíen en él todo el tiempo: desahoguen ante él su corazón, que Elohim es nuestro Refugio. (Pausa)


Ahora que he regresado, estoy lleno de remordimiento; ahora que me doy cuenta, golpeo mi muslo. Estoy avergonzado y humillado, porque he llevado el oprobio de mi juventud”.


En el mes noveno del quinto año de Yahoyiaqim hijo de Yoshiyahu, rey de Yahudah, proclamaron ayuno delante de Yahweh para todo el pueblo de Yerushalem y para todo el pueblo que venía a Yerushalem de las ciudades de Yahudah.


“¡Oh, si mi cabeza fuera agua, mis ojos manantial de lágrimas! Entonces lloraría día y noche por los muertos de mi pobre pueblo!


Kaf Se agotan mis ojos a causa de las lágrimas; mis entrañas están en tumulto; mi hígado se derrama por tierra a causa de la ruina de la hija de mi pueblo, mientras el niño pequeño y el que mama desfallecen en las calles de la ciudad.


Ayin Mis ojos vierten lágrimas sin cesar, porque no hay tregua,


Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Pobres de nosotros, porque hemos pecado!


¿Quieres juzgarlos tú? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres.


Oigan esto, sacerdotes; atiende, Casa de Yisrael; escucha, casa real: ¡pues la conducta recta es tu responsabilidad! Pero ustedes han sido una trampa para Mitspah y una red tendida sobre el Tavor;


“Sin embargo, ahora” –dice Yahweh– “vuelvan a mí con todo su corazón, y con ayuno, llanto y lamento”.


Y esta será para ti una ley perpetua: En el mes séptimo, el día décimo del mes, ustedes practicarán la negación propia; y no harán ningún tipo de trabajo, ni el ciudadano ni el extranjero que reside entre ustedes.


y confesarán su maldad y la maldad de sus padres, con la que transgredieron contra mí, sí, que fueron hostiles hacia mí.


Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y ante ti.


Mitspeh, Ha- Kefirah, Ha-Motsah,


Entonces los yisraelitas clamaron a Yahweh: “Somos culpables delante de ti, porque hemos abandonado a nuestro Elohim y hemos servido a los Baalim”.


Pero los yisraelitas le imploraron a Yahweh: “Somos culpables. Haz con nosotros como creas mejor; ¡solamente sálvanos hoy!


Cuando el mensajero de Yahweh habló estas palabras a todos los yisraelitas, el pueblo rompió en llanto.


Porque los yisraelitas habían subido y llorado delante de Yahweh hasta la mañana. Habían consultado a Yahweh: “¿Debemos hacerle la guerra otra vez a nuestros paisanos los binyaminitas?” Y Yahweh respondió: “Marchen contra ellos”.


Entonces todos los yisraelitas, todo el ejército, subió y fue a Betel y se sentaron allí, llorando delante de Yahweh. Ayunaron aquel día hasta la noche, y presentaron ofrendas quemadas y ofrendas de bienestar a Yahweh.


El espíritu de Yahweh descendió sobre él y este vino a ser el capitán de Yisrael. Salió a la guerra, y Yahweh entregó en sus manos al rey Kushán Rishatáyim de Aram. Prevaleció contra Kushán Rishatáyim,


Y Janah respondió: “¡Oh no, señor mío! Soy una mujer muy infeliz. No he bebido vino ni ninguna bebida fuerte, sino que he estado derramando mi corazón delante de Yahweh.


Shemuel convocó al pueblo ante Yahweh en Mitspah


Ellos clamaron a Yahweh: ‘Somos culpables, porque hemos olvidado a Yahweh y hemos adorado a los Baalim y las Ashtarot. Oh líbranos de nuestros enemigos y te serviremos’.


Shemuel dirigió a Yisrael mientras vivió.


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