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1 Samuel 6:9 - Biblia Versión Israelita Nazarena 2011

9 Entonces vigilen: si sube por el camino a Bet Shémesh, a su propio territorio, fue él quien nos infligió este gran daño. Pero si no, sabremos que no fue su mano la que nos golpeó; simplemente nos sucedió por casualidad”.

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

9 Y observaréis; si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Si cruzan la frontera de nuestra tierra y van hacia Bet-semes, sabremos que fue el Señor quien trajo este terrible desastre sobre nosotros. Si no la cruzan, sabremos que no fue la mano de Dios que causó esta plaga; más bien sucedió por pura casualidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Miren entonces. Si el Arca se va a su país en dirección a Bet-Semés, su Dios fue seguramente el que nos trajo estas plagas. Si no, sabremos que no fue su mano la que nos castigó, sino que todo esto nos pasó por casualidad'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Y observaréis: Si sube por el camino de su territorio hacia Bet-semes, Él nos ha hecho este gran mal, pero si no, entonces sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que nos ocurrió por accidente.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Fijaos bien: si toma el camino de su país y sube hacia Bet Semes, es Yahveh quien nos ha traído esta gran calamidad; en caso contrario, sabremos que no fue su mano la que nos hirió, sino que esto nos ha sucedido por casualidad'.

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1 Samuel 6:9
13 Referencias Cruzadas  

El joven que le trajo la noticia respondió: “Me encontraba por casualidad en el monte Guilboa, y vi a Shaúl apoyado sobre su lanza, y los carros y los jinetes lo alcanzaban.


Ben-Déqer, en Maqats, Shaalbim, Bet-Shémesh y Elón-Bet-Janán;


Yoash, el rey de Yisrael, subió; y se enfrentaron él y Amatsyahu, rey de Yahudah, en Bet-Shémesh de Yahudah.


(8:11) Pero cuando el Paroh vio que había alivio, se puso testarudo y no les hizo caso, como había dicho Yahweh.


Entonces volví a observar debajo del sol que no es de los veloces la carrera, ni de los valientes la batalla, ni de los sabios el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los conocedores la gracia; sino que a todos les llegan el tiempo y el contratiempo.


Oh Yahweh, ellos no ven tu mano levantada. Que se avergüencen al ver tu celo por tu pueblo y que el fuego consume a tus adversarios.


Cuando se toca el shofar en el poblado, ¿no se alarma la gente? ¿Puede venir una calamidad a un poblado si Yahweh no la ha causado?


Por casualidad, descendía cierto sacerdote por aquel camino; y al verlo, pasó de largo.


Desde Baalah la frontera se volvía hacia el oeste hasta el Monte Seír, pasaba al norte de la ladera del Monte Yearim esto es, Kesalón bajaba a Bet Shémesh, y pasaba hasta Timnah.


ha'Ayin con sus pastos, Yutah con sus pastos, y Bet Shémesh con sus pastos: nueve pueblos de esas dos tribus.


Los hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas recién paridas y se las pusieron a la carreta, y encerraron a los becerros.


Las vacas viajaron derecho por el camino hacia Bet Shémesh. Siguieron por un solo camino, mugiendo mientras iban, sin volverse ni a la derecha ni a la izquierda; y los príncipes de los pelishtinos caminaron detrás de ellas hasta la frontera de Bet Shémesh.


Ellos contestaron: “Si van a enviar el Arca del Elohim de Yisrael, no la envíen sin nada; además deben pagarle una indemnización a él. Entonces quedarán curados, y él se les dará a conocer a ustedes; si no, Su mano no se apartará de ustedes”.


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